Desde que fue creada, hace 65 años, la OTAN ha sido un bloque político-militar del imperialismo, un elemento clave en su estrategia de dominación y explotación, y de confrontación con la entonces URSS y los países socialistas.
La OTAN es responsable de la carrera armamentística sin fin, y los EE.UU. y sus aliados son responsables de más de dos tercios del gasto militar del planeta.
Los EE.UU. y los países de la OTAN promueven la expansión de su red mundial de bases militares, y buscan extender sus zonas de influencia.
Proclamando su concepto estratégico abiertamente ofensivo, la OTAN ha extendido el ámbito territorial de sus acciones de injerencia, agresión y ocupación, profundizando de este modo su papel como el brazo armado de los grandes monopolios transnacionales.
Los EE.UU. y sus aliados de la OTAN son responsables de numerosos crímenes y de una gran destrucción, de agresiones brutales – como en Yugoslavia, Afganistán, Iraq o Libia – e injerencias – como las llevadas a cabo contra Siria – o amenazas – como las dirigidas contra Irán.
Los EE.UU., la OTAN y la Unión Europea – su pilar europeo – son responsables de la creciente militarización de las relaciones internacionales y de la promoción de una escalada de la tensión y guerra contra la soberanía de los pueblos y la independencia de los Estados, sea en Oriente Medio, África, el Extremo Oriente o en América Latina
Danilo Medina
