viernes, 25 de julio de 2014

LA IZQUIERDA DOMINICANA

24 Febrero 2013, 08:49 PM

La izquierda dominicana
Por BERNARDO CANDELIER
La izquierda dominicana tiene que ponerse los guantes y comenzar a trabajar de una buena vez por todas, para convertirse en una alterna viable en las elecciones del 2016.

Para ello es imprescindible una unidad profunda y amplia que movilice todos los recursos necesarios para enfrentar a una nueva oligarquía que, irónicamente, viene de partidos que si no fueron de izquierda, abrazaron ideales de centro izquierda, y que combatieron tanto el trujillismo como el post trujillismo de Balaguer, para convertirse luego en corruptos y mercaderes de la política
Tenemos que aceptar que políticamente la izquierda está más preparada para gobernar, cuando se trata de aplicar políticas sociales que respondan con los intereses de las masas.
La oligarquía, o los que le sirven utilizando partidos masificados rellenos de pequeños burgueses arrivistas, nunca responderá - porque no le interesa - a los intereses del conglomerado social que representa la mayoría del pueblo dominicano.
La burguesía nació para servirse con la cuchara grande y, como el perro, nunca va a flojar su hueso, ese hueso enorme que representa el Estado dominicano, con recursos que salen a borbotones, como una hemorragia de capitales, por todas sus venas.
La izquierda tiene que dejarse de vainas y sentarse fríamente a aplicar una reingeniería a sus métodos. Ver las causas que le han impedido avanzar como alternativa, y corregir sus errores. Tiene que darse el valor que realmente ella tiene. Tiene que ir a buscar a la gente sencilla y trabajadora. La gente que no come ni trabaja, que es la que está más apurada en que hayan cambios profundos.
La izquierda tiene que vender mejor su producto a aquellas personas que en los tiempos de crisis - que para ellos nunca terminan - son los más afectados : los trabajadores y los desempleados.
Para la masa trabajadora o desempleada el capitalismo sólo le ofrece crisis. Crisis para ella, y desarrollo sostenido para los dueños del capital, para los políticos que se enriquecen, para los generales corruptos, para las transnacionales, en fin, para todos los que se mueven en las periferias del estado, dirigido, evidentemente, por personas sin escrúpulos.
La izquierda tiene que reponerse. Tiene que levantarse y darse un baño de pueblo. Tiene que hacer su tarea y comprender que en entidades individuales no van a llegar muy lejos. Tienen que abrirse paso a la unidad.