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Hablando con sinceridad, la percepción que existe en la inmensa mayoría de los sectores de la sociedad es que los próximos comicios del 2016 serán indiscutiblemente ganados por el Partido de la Liberación Dominicana. Puesto que se le ha hecho tarde, muy tarde, al principal partido de la oposición para impedir un nuevo triunfo del PLD. Y así las cosas, entonces lo que está por verse es quién será finalmente el candidato presidencial por la organización morada, destinado a convertirse en presidente constitucional para el período 2016-2020.
Por el momento, cuatro miembros distinguidos de su comité político aspiran a que las bases del PLD lo escojan como candidato para encabezar la boleta de ese partido. El ingeniero Temístocles Montás fue el primero en salir al ruedo, luego lo hizo el licenciado Francisco Javier García, seguido por el licenciado Reinaldo Pared Pérez, y por último salió el ingeniero Radhamés Segura.
Adelanto que ya habrá tiempo para analizar las virtudes y los defectos, las debilidades y las oportunidades de estos precandidatos. Por de pronto, todos sabemos que lo único que permitiría que uno de los cuatro llegase a convertirse en el candidato presidencial del PLD lo sería la ausencia como jugador estelar de los dos grandes del torneo electoral: Leonel Fernández y Danilo Medina.
Me explico. Cuando digo ausencia me refiero a que ninguno de los dos decida lanzarse en busca de la candidatura presidencial, pues en caso de que uno decida hacerlo, definitivamente que le resultaría muy difícil (por no decir imposible) a los demás intentar enfrentar a un peso pesado.
La popularidad y el nivel de liderazgo de Leonel y de Danilo están muy por encima de los demás. Que me imagino que eso no está en discusión y mucho menos puesto en duda por los cuatro precandidatos conocidos del PLD y sus seguidores más cercanos.
No obstante, como conozco al presidente Danilo Medina, quien es boschista de corazón, dudo que termine atrapado por el archifamoso gusanito de la reelección. En cuanto al expresidente Leonel Fernández lo cierto es que, en término constitucional, nada le impide aspirar a convertirse en candidato presidencial, si así lo decidiese.
El tiempo por venir podría cambiar la correlación de fuerza a lo interno del PLD. A sabiendas de que cualquiera que gane recibirá el apoyo absoluto de todo el partido. Y en eso los peledeístas han dado cátedras.
