La candidata presidencial del principal partido de oposición en Honduras desconoció el viernes los resultados oficiales difundidos por el Tribunal Supremo Electoral, anunció que solicitará la revisión acta por acta de todos los votos emitidos y pidió a sus partidarios que salgan masiva y pacíficamente a las calles.
Por su parte, un comunicado de la portavoz del Departamento de Estado norteamericano Jen Psaki felicitó al pueblo de Honduras "por su fuerte participación en las elecciones del 24 de noviembre y al Tribunal Supremo Electoral por su conteo profesional de los votos".
"Tenemos innumerables pruebas de la asquerosa monstruosidad con la que me han robado la presidencia de la república", denunció en un hotel de Tegucigalpa Xiomara Castro, candidata del Partido Libre en las elecciones generales celebradas el 24 de noviembre, en una multitudinaria rueda de prensa, rodeada de la dirigencia de su grupo político.
"Nuestra posición es inclaudicable", añadió, "no vamos a aceptar los resultados emitidos por el Tribunal Supremo Electoral y desconocemos la legitimidad del gobierno producto de este bochornoso asalto". Castro también dijo que "el triunfo de Libre está siendo robado por quienes han convertido el sistema electoral en una farsa para llevar a cabo un fraude de grandes proporciones".
Con 93% de los votos contados por el tribunal electoral, Juan Orlando Hernández, del oficialista Partido Nacional ha sido declarado ganador con 36,54% de los votos, mientras que a Castro le otorga la segunda posición con 28,83% de los sufragios.
Castro no es la única candidata que rechaza el resultado. El candidato del Partido Anti Corrupción, Salvador Nasralla, que obtuvo casi 14% de los votos, ha impugnado oficialmente el resultado de las elecciones y tampoco reconoce su legitimidad.
Las misiones de observación electoral de la Unión Europea y de la Organización de Estados Americanos (OEA), hicieron públicos el martes sus informes, en los cuales reconocen las elecciones como transparentes pero señalan irregularidades.
El jefe de la misión de la OEA, Enrique Correa señaló que detectaron una "anomalía grave" porque se "entregan a los fiscales de las mesas electorales credenciales en blanco, algo que no soporta ningún estándar internacional". Por su parte, la UE detectó "serios indicios" de tráfico de las mismas.
La UE también señaló que "el censo electoral no es preciso ni fiable", que "el Tribunal Supremo Electoral no siempre impuso plazos y retrasó decisiones importantes" y que la campaña electoral es "larga, costosa, desigual y poco transparente en su financiación".
Por su parte, un comunicado de la portavoz del Departamento de Estado norteamericano Jen Psaki felicitó al pueblo de Honduras "por su fuerte participación en las elecciones del 24 de noviembre y al Tribunal Supremo Electoral por su conteo profesional de los votos".
"Tenemos innumerables pruebas de la asquerosa monstruosidad con la que me han robado la presidencia de la república", denunció en un hotel de Tegucigalpa Xiomara Castro, candidata del Partido Libre en las elecciones generales celebradas el 24 de noviembre, en una multitudinaria rueda de prensa, rodeada de la dirigencia de su grupo político.
"Nuestra posición es inclaudicable", añadió, "no vamos a aceptar los resultados emitidos por el Tribunal Supremo Electoral y desconocemos la legitimidad del gobierno producto de este bochornoso asalto". Castro también dijo que "el triunfo de Libre está siendo robado por quienes han convertido el sistema electoral en una farsa para llevar a cabo un fraude de grandes proporciones".
Con 93% de los votos contados por el tribunal electoral, Juan Orlando Hernández, del oficialista Partido Nacional ha sido declarado ganador con 36,54% de los votos, mientras que a Castro le otorga la segunda posición con 28,83% de los sufragios.
Castro no es la única candidata que rechaza el resultado. El candidato del Partido Anti Corrupción, Salvador Nasralla, que obtuvo casi 14% de los votos, ha impugnado oficialmente el resultado de las elecciones y tampoco reconoce su legitimidad.
Las misiones de observación electoral de la Unión Europea y de la Organización de Estados Americanos (OEA), hicieron públicos el martes sus informes, en los cuales reconocen las elecciones como transparentes pero señalan irregularidades.
El jefe de la misión de la OEA, Enrique Correa señaló que detectaron una "anomalía grave" porque se "entregan a los fiscales de las mesas electorales credenciales en blanco, algo que no soporta ningún estándar internacional". Por su parte, la UE detectó "serios indicios" de tráfico de las mismas.
La UE también señaló que "el censo electoral no es preciso ni fiable", que "el Tribunal Supremo Electoral no siempre impuso plazos y retrasó decisiones importantes" y que la campaña electoral es "larga, costosa, desigual y poco transparente en su financiación".
