miércoles, 23 de enero de 2013

FUERA DE CÁMARA ... En el PRD el “despeluñe” llegó primero

César Medina


lobarnechea1@hotmail.com

Es lógico que el PRD de Hipólito diga que tiene mayoría en los organismos y que ayer reunió quórum de la Comisión Política.



Es lo mismo que dirá el PRD de Miguel Vargas cuando reúna el CEN en esta misma semana.



Con una sola novedad: la gente de Miguel se reunirá en la Casa Nacional de la Churchill, aunque estén apretujados... Pero le darán un carácter de institucionalidad partidaria y tendrán control absoluto de su asistencia.



Esta vez los de Hipólito no correrán el riesgo de intentar presentarse “sin invitación”, en especial los cuatro sancionados la semana pasada.



Porque en la puerta estará el comandante Jaime Cruz con sus “tropas”. Que no ya de Los Rolitas del 65, pero sí de perredeístas de la “contrainsurgencia miguelista” con instrucciones claras de quienes no podrán entrar a esa reunión.



Y es casi seguro que esta vez los de Hipólito no se harán los guapos para ingresar a la mala a la Casa Nacional, donde se aplicará con todo el rigor un pase de lista con los nombres de quienes sí podrán ingresar a la sede partidaria.



Es otro choque de guantes previo al encontronazo legal que llegará indefectiblemente a las instancias judiciales y que sin duda mantendrá muy ocupado al Tribunal Superior Electoral --luego al Constitucional-- por lo que resta de año.



Se van al patio

Puede pensarse que la sede de la Casa Nacional no tiene capacidad para albergar a la membresía del CEN convocada al encuentro. Pero se apretujarán de pies en el patio, en carpas... Y en mangas de camisa...



Y como habrá un solo tema de agenda --la ratificación de la resolución disciplinaria que expulsa a Hipólito y a Bautista y suspende por dos años a Orlando y a Geanilda– el asunto discurrirá en cuestión de minutos.



La decisión de celebrar la reunión en el patio de la Casa Nacional fue muy discutida por los estrategas del sector de Vargas. Lo que se pretende es darle categoría de institucional al encuentro, independientemente de las dificultades que encontraron para rentar un local adecuado que los acogiera.



Los hoteles que tienen disponibilidad de espacio para este tipo de evento no quisieron correr el riesgo de los enfrentamientos que se pudieran suscitar entre los grupos beligerantes.



El Dominican Fiesta, donde tradicionalmente se han celebrado estos eventos perredeístas, canceló la reserva que había hecho para la semana pasada el sector de Vargas cuando Hipólito anunció que se presentaría con su gente.



Precisamente fue ese el escenario donde se produjeron los enfrentamientos más violentos que haya tenido el PRD, hace 28 años, cuando se disputaban el control del partido los grupos de Peña Gómez y Majluta.



Los destrozos aún no se han cuantificado... Y las actas de aquella votación todavía las están buscando.



Lo de nunca acabar

Estos conflictos del PRD constituyen un entretenimiento para los medios de comunicación, pero una tragedia para la democracia.



Con cada nuevo episodio, el morbo busca con curiosidad saber en qué terminará un partido que hace dos días “celebró” sus 74 años de existencia y que tan valiosos aportes ha hecho a la democracia.



Su destino, definitivamente, quedará sellado por la voluntad de terceros que determinarán cuál de los dos grupos se quedará legalmente con la representación de sus símbolos, de sus colores, de su historia...



Que también resultarán, a la postre, los sepultureros de una de las formaciones partidarias de mayor raigambre popular que haya tenido República Dominicana en toda su historia.



Porque el problema del PRD, repito, es una expresión más de una crisis de mayor calado que arrastra todo el sistema de partidos en la República Dominicana y del que no escapan las demás formaciones partidarias.



Lo que pasa es que en el PRD ya tocó fondo... Y el “despeluñe” llegó primero. Sólo existe una incógnita por despejar: ¿Qué viene después...?