viernes, 10 de febrero de 2017

LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN Y LUCHA PROLETARIA

                                                     



PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN POPULAR (PRP) (Marxista-Leninista)
LUCHA ANTI-CORRUPCIÓN 

LUCHA PROLETARIA
Dr. Manuel Linares, Secretario General del PRP 2017
Introducción
Santo Domingo -La marcha contra la corrupción y la impunidad en la República Dominicana, llevada a efecto el pasado 22 de enero, fue una prueba contundente de que la lucha en contra de esos demonios prendió en el sentimiento popular.
Que haya ocurrido ese acontecimiento es un buen aporte a la causa democrática del pueblo dominicano. Pero si esa lucha no se ve vinculada con la lucha obrera, es muy posible que su carácter popular se desinfle y se convierta en una simple riña entre la derecha política opositora y el gobierno de Danilo Medina.
En este trabajo demostraremos que existen condiciones apropiadas para evitar que ello ocurra y que, al contrario, prevalezca una línea progresista en pos de la coronación victoriosa del movimiento de cara al avance del proceso revolucionario.
I. La miseria del proletariado
Las condiciones de miseria en que vive el proletariado dominicano, particularmente en los últimos años, constituye el eje articulador entre la lucha anti-corrupción y la lucha obrera, por tanto, los comunistas podemos trabajar para que ambas luchas queden unificadas.
Acudamos al capítulo III de mi libro Economía y política bajo el gobierno de Danilo Medina (2012-2016), en el que sale a flote la miseria que padece el proletariado se mantiene y el fracaso de la política social aplicada por el danilismo en un intento infructuoso para conjurarla. Veamos dicho capítulo.
La sentencia marxista. El régimen capitalista de producción presenta una tendencia fundamental, es la división de la sociedad en clases sociales antagónicas, como son la burguesía y el proletariado; es el incremento de la miseria del proletariado, de la opresión, del sojuzgamiento, de las vejaciones y de la explotación. Esta sentencia, expuesta en los albores de la doctrina marxista, se ha confirmado plenamente en el decurso de la civilización capitalista.
La burguesía hizo y hace esfuerzos dirigidos a revertir esa tendencia con el fin de alargar la siniestra vida del capitalismo; sobre todo a partir de la segunda mitad del pasado siglo XX, concluida la segunda guerra mundial, puso en marcha programas reformistas de la sociedad capitalista, pero dejando intactas sus bases fundacionales, acicateada por el avance de la lucha democrática y socialista de la clase obrera. La vida de ésta se hizo menos pesada, pero siempre padeciendo el yugo de la explotación capitalista. Los últimos cuatro (4) decenios de dicho siglo conocieron la degeneración y desaparición del sistema socialista, dando lugar a una hegemonía casi absoluta del imperialismo y al predominio de un capitalismo salvaje como el neoliberal en el que las conquistas obreras han sido sepultadas. La sentencia marxista se ve vivificada.
La pobreza general y la pobreza extrema en el período 2000-2016. Es medio de esa situación que el FMI y el Banco Mundial lideran una campaña mundial pregonando una supuesta derogación de la pobreza en los países capitalistas, en interés de poner en cuestión la sentencia marxista arriba establecida.
La derogación o reducción sustantiva de la pobreza en el régimen capitalista de producción es prácticamente imposible. Y es que la pobreza se nutre por dos vías diferentes: la coyuntural y la estructural. Cuando la coyuntura económica se torna depresiva, la economía se contrae, se inflama el paro forzoso y contingentes del proletariado caen en la pobreza. Pero la fuente dura es la
de estirpe estructural; tiene que ver con las expropiaciones campesinas por los terratenientes y capitalistas, la propiedad privada sobre los medios de producción, la apropiación privada del trabajo colectivo, el proceso de acumulación del capital, la explotación del campo por la ciudad, el crecimiento más aprisa del capital constante con respecto al capital variable…
Para atenuar la pobreza coyuntural se precisa que la economía capitalista ingrese en la fase expansiva del ciclo económico; en cambio para atenuar la pobreza estructural, solo es posible con la liquidación del capitalismo. Pasemos al caso dominicano.
En Página Abierta, foro de artículos de opinión de los técnicos del Banco Central de la República Dominicana, pudimos leer un trabajo, a cargo de la Asesoría de la Gobernación, que lleva por título “Consideraciones sobre la situación de la Pobreza en el país”, del cual podemos extraer informaciones valiosísimas en pos de la demostración de nuestra tesis.
Nos cuenta la Asesoría de la Gobernación del Banco Central de la República Dominicana, que el porcentaje de la pobreza general pasó de 32% en el año 2000 a 49.8% en el 2004; y que la pobreza extrema pasó de 8.2%, en el año 2000, a 16.6% en el año 2005; luego en el año 2011 la primera cayó a 40.8% y la segunda a 10.4%; y agrega: “A partir del año 2008, la economía dominicana aunque afectada por los efectos de la crisis financiera externa, logró crecer en el período 2008-2012 a un ritmo anual promedio de 5% lo que a su vez se tradujo en la creación de otros 337,600 nuevos empleos netos, para un aumento de aproximadamente 893,000 nuevos empleos netos en el período 2004-2012”. En este mismo tenor, la periodista Cándida Acosta, en el periódico Listín Diario digital, de fecha 21 de abril de 2014, en la Sección Economía & Negocios, publicó un artículo bajo el título de “Banco Mundial ubica pobreza RD en un 40.9%”, en el que se dice que la tasa de pobreza en República Dominicana fue de un 40.9% como porcentaje de la población general en 2012, afirma el último informe de Indicadores de Desarrollo Mundial 2014, publicado por el Banco Mundial en su portal de la web el pasado miércoles de este mes; a escala urbana la pobreza en República Dominicana, una nación de 10.2 millones de habitantes, fue de un 36.8% en 2012, tres décimas más que en 2011, que cerró en 36.5%. En tanto que en la zona rural la pobreza se mantuvo entre 49.4% en 2012 y 48.4%, entre 2012 y 2011, de acuerdo a los datos del Banco Mundial.
“A pesar de su fuerte crecimiento –alega el Banco Mundial- y la estabilidad macroeconómica, el país no ha sido testigo de importantes mejoras en el bienestar, hasta hace muy poco. La pobreza aumentó de 32 por ciento en 2000 a casi el 50 por ciento en 2004 a raíz de la crisis financiera y económica de 2003, antes de la disminución gradual al 41 por ciento en 2013 y una brusca caída en los últimos dos años hacia tasas prevalecientes en el año 2000”. Por su parte, el Banco Central de la República Dominicana admite que si bien el crecimiento económico en el país ha alcanzado niveles promedios superiores a los registrados en otros países de la Región y que el gasto social focalizado, expresado en el Programa Solidaridad, ha desempeñado un rol importante en el alivio de la pobreza, el estancamiento de las remuneraciones reales de los trabajadores ha sido un factor limitante en la reducción rápida de la pobreza.
¿Cómo ataca la pobreza el gobierno danilista y como atacaron la pobreza otros gobiernos burgueses dominicanos? Estos gobiernos solamente atacan la pobreza coyuntural otorgando unas que otras “ayudas” a los pobres, bajo la denominación de “gasto social focalizado para aliviar la pobreza”, en una magnitud de US$24.3 por habitante. Este gasto contiene las siguientes iniciativas: Comer es Primero; Bono Gas Hogar; Asistencia Escolar; Bono Gas Chofer; Alimentos Envejecientes; Bono Luz; Incentivo a la Policía Preventiva e Incentivo a la Educación Superior. Desde el punto de vista cuantitativo el Programa Solidaridad abarca a unos 800,000 habitantes. También insisten en fomentar el crecimiento económico bajo el alegato de que el mismo genera empleos que a su vez mitigan la pobreza; dicen que en el período 2004-2012 se crearon unos 853,168 nuevos empleos netos.
Esas informaciones ponen contra la pared al capitalismo dominicano; pasaron 12 años y todavía la burguesía y los terratenientes dominantes, no han sido capaces de, por lo menos, regresar al porcentaje de pobreza general de 32% prevaleciente en el año 2000; al tiempo que la pobreza rural se mantuvo cerca del 50%. Analicemos:
Crítica de los argumentos de las fracciones burguesas. El debate sobre el problema de la pobreza, en particular a partir del año 2000, en el marco de la economía política burguesa, se centra en el lindero coyuntural. La fracción burguesa en el gobierno defiende su política económico-social, mientras que la oposicionista la ataca, naturalmente ninguna de estas fracciones basan sus ideas al margen del esquema económico capitalista; ambas convergen en el solar de la coyuntura, obviando los factores últimos que engendran la pobreza bajo el manto burgués.
Recordemos a Marx al plantear el origen del paro forzoso y del ejército industrial de reservas. Dijo: El secreto del paro forzoso se localiza en el proceso de acumulación de capital. Éste “… desarrolla el régimen específicamente capitalista de producción, y el régimen específicamente capitalista de producción impulsa la acumulación de capital. Estos dos factores económicos determinan, por la relación compleja del impulso que mutuamente se imprimen, ese cambio que se opera en la composición técnica del capital y que hace que el capital variable vaya reduciéndose continuamente a medida que aumenta el capital constante”. (El subrayado es nuestro. M.L.). De modo que la reducción relativa del capital variable, frente al capital constante, a resultas de la relación compleja que se va tejiendo entre el proceso de acumulación de capital y el régimen capitalista de producción, es el determinante esencial del paro forzoso; en la medida que se intensifica la reducción relativa del capital variable en su relación con el constante, en esa medida se presenta la tendencia a incrementarse el nivel de desempleo de la fuerza de trabajo, por consiguiente, no importa señores del Banco Central en cuanto se incremente el PIB, este tipo de paro no cede si no se produce una transformación socialista de la sociedad.
De forma análoga aparece el ejército industrial de reservas. Marx apunta que “… Este descenso relativo del capital variable, descenso acelerado con el incremento del capital total y que avanza con mayor rapidez que éste, se revela, de otra parte, invirtiéndose los términos, como un crecimiento absoluto constante de la población obrera, más rápido que el del capital variable o el de los medios de ocupación que éste suministra. Pero este crecimiento no es constante, sino relativo; la acumulación capitalista produce constantemente, en proporción a su intensidad y a su extensión, una población obrera excesiva para las necesidades medias de explotación del capital, es decir, una población obrera remanente o sobrante”. (Los subrayados son nuestros. M.L.). ¡No hay forma, señores del Banco Central, el paro forzoso y el ejército de reserva, son criaturas siniestras de la interacción del proceso de acumulación capitalista y del propio régimen capitalista de producción! ¡Desconocer esta verdad es deslizarse hacia una posición contraria a la ciencia económica que es precisamente lo que ocurre con el espadachín de la economía política burguesa (Banco Central)!
Los partidarios de la doctrina marxista, en la Republica Dominicana, no negamos la alta correlación positiva existente entre el crecimiento económico y la reducción de la pobreza; efectivamente cuando la economía crece de manera consistente la tasa de pobreza tiende a reducirse en algunos puntos porcentuales. Pero no olvidemos que esa pobreza se sitúa esencialmente en la fase depresiva del ciclo económico capitalista, cuyo antídoto es el crecimiento económico. En efecto, el incremento de la pobreza, sobre todo en la segunda parte del gobierno 2000-2004, mediado por el aumento simultáneo del desempleo y la inflación, se vio enfrentado por una política económica expansiva del producto agregado, el cual creció en promedio anual 6.9% en el período 2004-2008, y en 5% promedio anual en el período 2008-2012, según cifras del Banco Central.
Ahora bien, el crecimiento económico impacta positivamente la reducción de la pobreza, porque se supone que genera nuevos empleos netos. Es aquí, precisamente donde surge uno de los nudos del problema, debido a que no todo crecimiento económico genera nuevos empleos, por eso el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo de la República Dominicana, en su estudio denominado Propuesta de estrategia nacional de desarrollo 2010-2030, dice: “… se ha observado que un crecimiento del PIB inferior al 4.6 por ciento es normalmente insuficiente para lograr una reducción en las tasas de desempleo. Estos elementos explican el hecho de que, a pesar de tasas de crecimiento relativamente altas, la tasa de desempleo dominicana no ha bajado de manera persistente, sino que fluctúa alrededor de un nivel relativamente alto, colocándose por debajo del mismo en los momentos de expansión y por encima en los momentos recesivos (…) Esta importantísima tendencia o regla del vínculo crecimiento económico/reducción del desempleo, durante el lapso 2001-2012, veamos cómo las cifras del Banco Central las acogen.
Crecimiento del PIB/reducción del desempleo (2001-2012) Año Crecimiento del PIB (%)Empleo neto Evaluación 2001 1.8<4.6 -39,369 Coincide con la regla; se perdieron 39,369 puestos de trabajo 2002 5.8>4.6 103,735 Coincide con la regla; se crearon 103,735 nuevos puestos de trabajo 2003 -0.3<4.6 -7,017 Coincide con la regla; se perdieron 7,017 puestos de trabajo 2004 1.3<4.6 111,490 Contradice la regla; debieron perderse puestos de trabajo 20059.3>4.6 66,443 Coincide con la regla; se crearon 66,443 nuevos puestos de trabajo 200610.7>4.6 158,714 Coincide con la regla; se crearon 158,714 nuevos puestos de trabajo 20078.5>4.6 113,218 Coincide con la regla; se crearon 113,218 nuevos puestos de trabajo 20085.3>4.6 105,339 Coincide con la regla; se crearon 105,339 nuevos puestos de trabajo 20093.5<4.6 -59,958 Coincide con la regla; se perdieron 59,339 puestos de trabajo 2010 7.8>4.6159,541 Coincide con la regla; se crearon 159,541 nuevos puestos de trabajo 2011 4.5<4.6158,876 Contradice la regla; al menos como ambas tasas son iguales, es una exageración decir que se crearon 158,876 nuevos puestos de trabajo 2012 3.9<4.6 79,205 Contradice la regla; se debieron perder puestos de trabajo Fuente: Elaborado por Manuel Linares con datos del Banco Central.
Después de la evaluación respecto a la coincidencia y discrepancia entre crecimiento económico y creación de nuevos puestos de trabajo neto, contenida en el cuadro que arriba presentamos, pasemos ahora a visualizar otras características cuantitativas más específicas.
En el año 2001 se perdieron 39,369 puestos de trabajo, al crecer débilmente el PIB en 1.8%, pero un año después (en el 2002), el PIB crece en 5.8%, dando lugar a la creación neta de 103,735 empleos, habiendo superado, en apenas 1.2 puntos porcentuales, la tasa base de crecimiento del PIB descubierta por el MEPyD (4.6%). Pareciera, en este caso, que se manifestó una alta sensibilidad de cambio del nivel ocupacional respecto al crecimiento del PIB.
En el año 2004 se repite la historia, con el agravante de que el PIB crece tenuemente, apenas 1.3%, es decir, 3.3 puntos porcentuales por debajo de la tasa base de crecimiento del PIB descubierta por el MEPyD (4.6%), pero curiosamente el Banco Central alega que se crearon 111,490 nuevos puestos de trabajo; en este caso se manifestó una hipersensibilidad de cambio del nivel ocupacional de la fuerza de trabajo, respecto al crecimiento del PIB.
En el resto de la serie histórica estudiada, sin duda, se percibe esa gran sensibilidad de cambio arriba citada; pero resulta que nuestro flamante Banco Central, en su trabajo que hemos estado citando (“Consideraciones sobre la situación de la Pobreza en el país”,), no aporta dato alguno de una estimación econométrica que abone esa presunción; solamente se limita a presentar el coeficiente lineal de correlación de Pearson (0.58) entre ambas variables (crecimiento del PIB y creación de nuevos empleos netos). De lo que se trata, señores del Banco Central, es que se diga cuál es la proporción de cambio del nivel ocupacional de la fuerza de trabajo, cuando el PIB cambia, por ejemplo, en 1%.
Diferente al Banco Central, en nuestro libro Aumento del empleo en las palabras y reafirmación del desempleo en los hechos, pudimos correr, para el período 1991-2000, con informaciones del Banco Central, el modelo siguiente:
L= aPIBRb
Donde:
L= empleos;
PIBR= PIB real;
a= constante;
b= coeficiente de elasticidad del empleo con respecto al PIB real.
La ecuación estimada fue la siguiente:
lnL= ln3.963 + (0.4)lnPIBR.
El coeficiente estimado 0.4 representa la elasticidad del empleo con respecto al producto agregado, es decir, mide el cambio porcentual en el empleo, 0.40%, debido a una variación del 1% en la variable independiente. Como 0.40 es menor que 1, el empleo es inelástico con respecto al cambio en el producto, por tanto, resultan inexplicables los casos de alta sensibilidad de cambio del nivel ocupacional respecto al crecimiento del PIB, en la serie histórica 2001-2012 en la que se exponen los impactos sobre el nivel de empleo ejercidos por los cambios en el producto real, siempre conforme a las cifras servidas por el Banco Central. Este hallazgo arroja claridad sobre la razón por la cual el Banco Central en su artículo “Consideraciones sobre la situación de la Pobreza en el país” elude hablar de esta elasticidad.
Prosigamos. El PNUD también encontró que “Entre 1991 y 2006, el Producto Interno Bruto (PIB) se multiplicó por 2.55 mientras que el empleo generado aumentó solo 1.58 veces. Estos valores denotan una elasticidad empleo/producto promedio de 0,52, es decir, por cada uno por ciento de crecimiento del PIB, la cantidad de personas ocupadas apenas crecía a la mitad. Cálculos más refinados de la SEEPyD confirman esta tendencia. En efecto, con base en los datos de panel para el período 1991-2006, se pudo calcular la variación en las elasticidades empleo/producto por sector económico y por período quinquenal. La conclusión es que la elasticidad empleo/producto decreció quinquenalmente entre 1991-1995 y 2000-2006, y en el último período llegó a ser menor a una quinta parte del primero (…)”
Por otra parte en la página 97 de Política social, Capacidades y derechos, obra del PNUD, en el Anexo V.1, encontramos un cuadro con informaciones referidas a la elasticidad empleo/producto en la economía dominicana, para el período 1991-2006, donde aparecen cifras escalofriantes. Para el periodo 1991-1995, el coeficiente elasticidad empleo/producto fue de 0.80217, desciende a 0.66497 para el período 1996-1999 y se desploma a 0.14032 para el período 2000-2006, es decir, frente al crecimiento en 1%, por ejemplo, del PIB, el empleo aumentaría en 0.8% en el período 1991-1995, pero ya en el período 2000-20006, el crecimiento del PIB en 1%, apenas generaba un aumento de 0.14% en el empleo. El aumento del empleo es prácticamente insensible al crecimiento del producto agregado.
No hay duda de que al ponderar los argumentos críticos arriba externados, la afirmación del Banco Central en el sentido de que “El crecimiento económico es la variable más importante para explicar la evolución de la pobreza e incidir en su reducción en el tiempo, por estar estrechamente vinculado a la generación de empleos”, se va completamente de bruces.
Pasemos a analizar el “gasto social focalizado para aliviar la pobreza”, con un gasto por habitante de US$24.30, es decir, al tipo de cambio actual, unos RD$1,000 por habitante; en otras palabras, RD$33.00, por habitante, por día. ¡Tremendo alivio de la pobreza! Nosotros nos preguntamos, ¿qué puede adquirir un pobre con RD$33.00, si una libra de arroz cuesta RD$20.00 y un aguacate RD$40.00? Hablar de que actualmente más de 800,000 dominicanos pobres, como dice el Banco Central, salieron de la indigencia con RD$33.00 al día, es una ofensa a la inteligencia natural de los cientos de proletarios que hoy se ven agobiados por la pobreza extrema. La burguesía debe urdir otro ardid menos tosco.
El otro pilar de la política burguesa para atacar la pobreza es el asunto salarial. En el artículo de referencia hay un derroche de reconocimientos, de parte del Banco Central, sobre el maltrato obrero por el capital, del estancamiento de las remuneraciones reales promedios, en el nivel más bajo (salarios mínimos). ¡Pero en verdad estamos ante la presencia de lágrimas de cocodrilo!
“Si vemos lo que ha pasado en el país –leemos en el artículo de referencia- con las remuneraciones reales promedio a los trabajadores a nivel de la economía en general en los últimos veinte años se observa que estuvieron creciendo a un ritmo promedio de 3.3% anual durante 1991-2001, superior al crecimiento promedio de 2.4% de la productividad laboral durante el mismo período, evidenciando que en dicho lapso de tiempo se consideraba la productividad laboral, entre otras variables para los fines de ajustar los salarios a los trabajadores y mejorar sus condiciones de vida. Sin embargo, durante 2002-2004 los ingresos reales de los trabajadores cayeron en 35.5%, como consecuencia directa de la inflación acumulada en dicho período que ascendió a 103% fruto de la crisis bancaria, la cual no fue compensada por aumentos de igual magnitud en las remuneraciones nominales de los trabajadores. Después de esta sustancial caída que se materializó durante tres años consecutivos, hubo una recuperación de 14.1% en los salarios reales en el año 2005, para luego permanecer prácticamente estancados en términos reales, pese a que la productividad laboral media se ha mantenido aumentando”.
“… los salarios mínimos reales –continuamos leyendo- tanto para las empresas grandes, medianas y pequeñas, así como para el caso del sector público han estado relativamente estancados por décadas, recibiendo ajustes periódicos en base a la inflación pasada. Un dato revelador es que todos los salarios mínimos reales en República Dominicana al cierre de 2012 resultan ser menores a los vigentes hace más de tres décadas en 1979, año a partir del cual se dispone de una serie homogénea de los mismos”.
¡Tremendas confesiones de nuestro flamante Banco Central!
Igualmente, por décadas, los comunistas hemos estado denunciando la degradación moral y material a la que es sometida nuestra clase obrera, por el capital, mientras el Banco Central, arguyendo subterfugios y medias verdades, ha cerrado fila con el capital en contra de los trabajadores, como un gran abogado de las clases sociales propietarias, especialmente de la burguesía financiera. Hoy cuando ya es inocultable la miseria obrera, el Banco Central sale con su carita limpia a “solidarizarse” con la exigencia obrera; por eso los obreros exclaman: ¡Te conozco bacalao, aunque venga disfrazado! ¡Oh Dios, el Banco Central hablando de que se haga justicia con el salario obrero!
Mas es nuestro deber advertir que el denominado salario justo, es un concepto que emana de la economía política burguesa. Ésta liga hechos que emergen de la dinámica de funcionamiento del régimen capitalista de producción con elementos morales. Pero bien sabemos que “La explotación, tal como la concibe Marx, no se distingue por los salarios bajos o las condiciones de trabajo precarias ya que no se trata de una categoría moral, sino de un estado normal del capitalismo que no altera la ley del valor”...
La crítica liberal del salario (como la del Banco Central) en el régimen burgués, desde Smith, tiene por objeto humanizarlo, aligerar las condiciones que dan lugar a su existencia. Es una crítica que elude la esencia del problema y hace necesario el paso hacia la explicación marxista del salario. En efecto, el salario es una condición que impone el propio régimen capitalista de producción. Si los capitalistas usurpan los medios de producción y, por tanto, los obreros carecen de los mismos, estos proletarios están en la obligación de vender su fuerza de trabajo, por un salario, a los propietarios de los medios de producción, para no morir de hambre.
Ahora, para que el capitalista pague un salario, es imprescindible que el obrero desarrolle una jornada de trabajo que se desdobla en trabajo necesario y trabajo suplementario. En el primero el obrero genera, en mercancías, el valor del capital desembolsado por el capitalista en medios de producción y capital variable. En el segundo, por consiguiente, el obrero genera mercancías, cuyo valor pasa íntegramente al capitalista, en forma de plusvalía. En otras palabras el salario parece representar un equivalente del trabajo necesario. En modo alguno cubre el trabajo suplementario que se convierte en plusvalía, razón de ser del régimen capitalista de producción.
La controversia obrero-patronal, precisamente se expresa en el hecho de que en el capitalismo, sobre todo bajo el neoliberalismo, el capitalista se propone, empujado por la lógica del capital en proceso continuo de valorización, incrementar la plusvalía, ya sea por la vía absoluta (ampliación de la jornada de trabajo) o por la vía relativa (reduciendo el trabajo necesario y, por tanto, ampliando el trabajo suplementario, en base al aumento de la productividad de la fuerza de trabajo); en ambos casos el salario se ve abatido engendrando la lucha económica del proletariado en contra del patrón capitalista. La tendencia del proletariado, en el capitalismo, es precisamente desarrollar su trabajo en las peores condiciones sociales de hambre y miseria. Esta situación se ve muy claramente en la República Dominicana donde el salario mínimo en las empresas grandes, RD$11,000.00 por mes, no cubre siquiera el 50% del costo promedio de la canasta familiar. Si esto es así en las grandes, ¿cómo sería la relación en las empresas medianas y pequeñas? La crítica liberal del salario capitalista, en los albores del capitalismo, lucía progresista; pero después de varios siglos de su nacimiento y desarrollo, pasando por la libre concurrencia de capitales y el monopolio capitalista, insistir en ella, como lo hace la economía política burguesa dominicana y su Banco Central, francamente conduce a una posición netamente reaccionaria, pues nos retrotrae a la infancia de un régimen económico que hoy luce incrustado en una fase terminal de su existencia.
Acudir al liberalismo, para la crítica del salario capitalista, conduce irremisiblemente a los obreros hacia una posición reformista en su lucha contra el capital y la pobreza. No es correcto concebir, como lo hace la economía política burguesa y su Banco Central, que “… para enfrentar de forma efectiva la pobreza dominicana, se requiere que el crecimiento económico y el fortalecimiento del gasto público social focalizado que exhibe el país sea complementado con una solución gradual y prudente del problema estructural del estancamiento de los salarios reales dominicanos, para lo cual se requiere del esfuerzo conjunto de todos los dominicanos con incidencia en la toma de decisiones tanto del sector público como del sector privado, lo que contribuiría a lograr de forma más acelerada una mayor equidad social en el país”. No puede haber solución efectiva de la pobreza, sin la transformación revolucionaria de la sociedad fundada en la propiedad privada y la explotación. Por eso tal crítica hay que formularla desde el marxismo, para que los obreros creen conciencia en torno a la necesidad de rebasar el marco económico de su lucha en pos de reivindicaciones propiamente en la perspectiva de la liquidación definitiva del capitalismo.
Conclusión. La política social de los gobiernos burgueses dominicanos aplicada en el período 2000-2016 y particularmente la del danilismo, período 2012-2016, ha devenido en un fracaso total, en la medida que la lacra de la pobreza, en pleno siglo XXI, subsiste todavía con mucha fuerza, tanto en los campos como en las ciudades; tal política solamente insiste en combatir la pobreza coyuntural, mientras la que proviene directamente de la estructura económica y de la dinámica específica del capitalismo, es obviada olímpicamente por el Estado.
II. Matrimoniar lucha anti-corrupción y lucha proletaria
La marcha contra la corrupción y la impunidad celebrada el pasado 22 de enero, dio lugar a que brotara con ímpetu la energía democrática acumulada en el seno de vastos sectores medios de la sociedad dominicana, hastiados por el proceso de enriquecimiento ilícito de parte de funcionarios de los gobiernos burgueses que hemos padecido en los últimos decenios.
Los comunistas dominicanos debemos pugnar por el recrudecimiento de la movilización popular contra la corrupción, pero ligándola con la lucha de los obreros y los campesinos, por sus reivindicaciones propias, puestos que tales clases sociales constituyen la fuerza motriz de la revolución democrática a que estamos abocados.
Entre sus reivindicaciones propias, en el caso del proletariado, tenemos la necesidad de obtener un sustancioso aumento general de sueldos y salarios, libertad sindical, contra el desempleo, reducción del costo de la canasta familiar, definición de una ley de seguridad social que evite la degración de los trabajadores, etc.
Hoy se están verificando movimientos de masas en algunas localidades que van mostrando la disposición de lucha de la clase proletaria. Miren lo que dice el camarada Joselito, desde el Cibao, en su comunicación digital de fecha 26/1/2017:
“Comparto Maestro Linares el contenido de su sabia reflexión. La izquierda (las izquierdas en su distintas expresión y manifestación), debe retomar las calles, iniciar de abajo hacia arriba, desde los pueblos hacia la movilización nacional.
“San Francisco de Macorís ha visto en esta semana multitudinaria marcha de profesores y el viernes se movilizarán los obreros de la construcción. En Santiago el pasado lunes comunidades campesinas tomaron las calles de la ciudad y así está el pueblo, demandando reivindicaciones sociales y políticas, ausente de una dirección de izquierda que le acompañe.
“Hay que retomar las calles, como dice la canción de Víctor Manuel: "A las calles compañeros que ya es hora".
“Soy de lo que creo que debemos proponerle al movimiento revolucionario cinco (5) movilizaciones regionales de izquierda en el presente año, contra el hambre, la corrupción y la mega minería y por un gobierno de izquierda, en los siguientes lugares:
“1. Mes de marzo en San Francisco de Macorís (Región Nordeste). 2. Mes de abril en Santiago (Región Norcentral y Noroeste). 3. Mes de junio en Barahona o Azua (Región Sur). 4. Mes de julio en una provincia de la Región Este. 5. Mes de agosto en Santo Domingo.
“El hecho que el movimiento revolucionario tome las calles, con sus propuestas, símbolos y resistencia, amplía la conciencia de los oprimidos y acerca la liberación”. (Fin del documento del camarada Joselito).
Evidentemente se está produciendo el inicio del despertar de la clase social del proletariado. Esta es una agradable noticia que nos trae el camarada Joselito en su comunicación digital, por tanto, es menester que el movimiento revolucionario dominicano dé un paso al frente, en procura de que ambas luchas (lucha anti-corrupción y lucha proletaria) se desarrollen en una misma dirección.
La fusión de ambas luchas encontrará una tenaz resistencia en una franja de las fuerzas políticas que hegemonizaron la organización de la marcha del 22 de enero, especialmente las de estirpe burguesa que riñen con el gobierno de Danilo Medina, pero que son aliadas del imperialismo norteamericano y trabajan para que en el país se fortalezca el abominable régimen capitalista de producción; esas fuerzas son: PRM, PRSC, PQDC, etc.
Las fuerzas de la derecha política nos quieren engañar de la misma manera como lo hicieron en la lucha por el 4% del PIB para la educación y en la jornada de repudio al déficit fiscal engendrado por el Leonel al final de su mandato en el año 2012. En ambos casos nos ataron de pies y manos, no pudimos difundir nuestra política, nos prohibieron izar la bandera roja del proletariado y el capitalismo salió fortalecido. No podemos permitir que en esta nueva situación nos amarren. Si actuáramos de este modo, entonces somos unos vulgares traidores a la causa del proletariado.
Con esa derecha política podemos en casos muy específicos llevar a cabo la unidad de acción, con la vigilancia de clase al rojo vivo, al tiempo que ponemos al mando la política proletaria y luchamos contra ella para desplazarla de la dirección política del movimiento de masas. Solamente actuando de esta manera los comunistas haremos una contribución eficaz al triunfo de la revolución.
Llevar a la cárcel a uno que otro funcionario corrupto sería una victoria popular, que el proletariado no debe rechazar, pero sabiendo que no debemos quedarnos ahí, pues la raíz que engendra la corrupción es el propio sistema capitalista Hay que ampliar el pliego de demanda en la medida que el proceso avance, de modo que la masa proletaria vaya elevando su nivel de conciencia. Los comunistas no debemos olvidar nunca los objetivos de la libertad, la democracia, el socialismo y el comunismo.
III. Puntos reivindicativos de aliento más profundo
La derecha política quiere limitar los puntos reivindicativos de la lucha popular exclusivamente a la solución del caso ODEBRECHT. Los comunistas en cambio estamos proponiendo que dicha lucha debe irse radicalizando en términos programáticos. Por ello el volante unitario del MIR, PP y PRP propone catorce (14) puntos reivindicativos, a saber:
1) Lucha contra el modelo neoliberal y el capitalismo. 2) Por un sistema de seguridad social y salud pública gratuita, de calidad y universal. 3) Por un sistema de educación pública gratuita, de calidad y universal. 4) Aumento salarial inmediato y ajuste anual en base a la inflación. 5) Elaboración de nueva ley laboral que beneficie al trabajador. 6) Auditoría de los bienes de todos los que han sido funcionarios del Estado desde el ajusticiamiento del tirano Trujillo y determinar su legitimidad y legalidad. 7) Recuperación de todas las tierras apropiadas por los políticos y militares de alto rango. 8) Declarar Loma Miranda Parque Nacional. 9) Política fiscal progresiva a la ganancia y la herencia y eliminación de los impuestos indirectos. 10) Lucha sin cuartel contra la corrupción, impunidad e inseguridad y elaboración de leyes de delitos penales de Estado. 11) Impulso real de una política de estímulo a la investigación y los inventos. 12) Revisión de todos los contratos y tratados de extradición con otros estados. 13) Estímulo a la juventud y personas interesadas en desarrollar su primer negocio, con énfasis en las cooperativas. 14) Apoyo a la decisión del aborto en las mujeres en las condiciones de inviabilidad del embarazo, riesgos de vida de la madre, incesto, malformación congénita no compatible con la vida.
La derecha política indiscutiblemente se opondrá a ese pliego reivindicativo, pues desborda los límites de su afán único atinente a que encarcelen a los funcionarios del PLD envueltos en el caso ODEBRECHT. En consecuencia, los comunistas estamos en el deber de librar la lucha frente a la burguesía oposicionista, con el propósito de educar a las masas oprimidas sobre el camino correcto que debe emprender el movimiento de masas, que no es otro que lograr el encarcelamiento de todos los funcionarios implicados en la corrupción ODEBRECHT y profundizar la lucha por la emancipación de la patria del yugo imperialista y concientizar al proletariado para que luche por el socialismo y el comunismo.