viernes, 23 de mayo de 2014

Yeni, Cristo Danilo y Leonel



Narciso Isa Conde
Hay que ir al fondo del choque entre la Fiscal Berenice Reynoso y la jueza Cristo Cristo, encargada del caso Díaz Rúa.
Berenice, que orgullosamente confiesa haber sido entrenada por el FBI, le enrostró a la jueza Cristo actuar por encargo del ex-Procurador Radhamés Jiménez, quien sirve a Leonel Fernández.
La fiscal, tan agresiva en ese caso, no le dio curso a la bien fundamentada denuncia judicial de Guillermo Moreno contra Leonel y Funglode; mientras sostiene una falsa acusación contra los estudiantes de FELABEL y evade responsabilidades en el caso Antena Latina.

Berenice, pues, no es tan Berenice en todos los casos. Depende de la dependedura.
¿Cuál es entonces el entre-telón político de este mach?
En realidad la Cristo no es fundamentalmente ella y Berenice no es solo ella.
Berenice, a diferencia de Cristo Cristo, está enfrentada a la corrupción en ese proceso; pero también funciona como pieza del sistema político y del orden judicial global neo-liberal, alineada a la facción morada en ascenso.
Detrás de la jueza está el alto funcionario inculpado y también aquellos que desde el mero cuerpo del delito, mueven todo su poder y su dinero para detener ese proceso.
Detrás de la fiscal está el verdadero jefe de esa parte del Ministerio Público: el Presidente Medina, interesado en presionar y debilitar políticamente aun más al ex-presidente Fernández, que compite con él por espacios de poder al interior de a cúpula del PLD y del Estado, así como por la candidatura del 2016.
El mismo Danilo que salvó a Leonel del expediente de Guillermo procurando que la sangre no tiña el río, alienta la acción judicial contra Díaz Rúa sustentada por Freddy Aguasvivas.
En esto entra la disputa por la conquista de alianzas políticas y empresariales móviles.
El mach Berenice-Cristo está, por tanto, condicionado por las características del mach Leonel-Danilo al interior del Comité Político morado y de la dictadura institucionalizada que ese organismo controla y manipula.
Ambas, la jueza y la fiscal, están metidas en las patas de esos caballos, que tanto compiten como se trazan dentro de un juego de presiones ajeno al sentido de justicia.
La impunidad, por tanto, solo podrá ser erradicada de cuajo con una persistente y creciente movilización popular, retomando lo acontecido a finales del 2012. Esto es, a lo Loma Miranda hoy.

Narciso Isa Conde
narsoisaconde@gmail.com