martes, 16 de julio de 2019


Juan Tomás OliveroJuan Tomás Olivero  | 14 de julio de 2019 | 12:00 am
No lo entendieron y siguen sin entenderlo. Juan Bosch, la espina de la historia de dignidad que punza en el alma y el corazón de discípulos y coetáneos como: Juan Temístocles Montás, Gustavo Montalvo, Danilo Medina, Donald Joseph Reid Cabral,Mario Read Vittini y Joaquín Balaguer, entre otros.  Sigue golpeando el fondo de los sentimientos de estos y aquellos que no perdonaron que uno que no era de sangre azul y nariz empinada, fuera presidente y los gobernara creando un precedente moral y político inconmensurable en el pasado siglo XX y en el presente siglo XXI.
Don Juan en su texto “el Estado” tiene la mejor ilustración de filosofía política constitucional, decía el maestro de la democracia dominicana en el referido texto, que la constitución de un país es como el   plano del Estado en el que se hace contener todos sus elementos, reglas, funciones, deberes, obligaciones, derechos y límites. Precisaba con extrema claridad, que es la estructura en la que se levanta el edificio de la democracia y la justicia social. La constitución- decía- es el techo de garantías políticas y ciudadanas de una sociedad.  Dejó muy claro Juan Bosch, que la constitución no es el nido de codicia donde se empolla la ambición de poder y la avaricia corrupta del dinero; sino, que es el instrumento por excelencia para una democracia revolucionaria que propicia de leyes revolucionarias que la hagan posible en su interés ciudadano.

Volviendo a la significación del título seleccionado para este trabajo: “Danilo y la reelección comprada, un propedéutico de dictadura”. A este respecto don Juan desarrolló en su libro Crisis de la Democracia de América en la República Dominicana una tesis sobre la forma de llegar al poder y las cosas que se hacen para poder mantenerse, decía don Juan Bosch: “El que alcanza el poder haciendo cualquier cosa, hará cosas peores para mantenerse”.  Y, para mantenerse y perpetuarse el gobernante hará la mutación oportunista de disfrazarse de demócrata a la de régimen pseudo constitucional, arrollando la constitución con sus reformas de interés y fines personales.
Joaquín Balaguer, en su dejo de autoritarismo, cosa común en su proceder como gobernante, hizo popular una frase con la que desnaturalizó y ridiculizó una de las tesis fundamentales del constitucionalista Judío-alemán, Ferdinand Lassalle, al propagar como planteamiento de este la idea de que la constitución es un pedazo de papel, cosa que los loros reales y pericos constitucionales dominicanos han repetido de forma intelectual e irresponsable,obviando en sus puntos de vistas el rigor científico y la validez de las ciencias de la historia del constitucionalismo. ¿Cuál es realmente el planteamiento de Ferdinand Lasalle en su ensayo Qué es una Constitución?, cito: “Demostraré a ustedes que las Constituciones escritas, cuando no se corresponden con los factores reales de poder de la sociedad organizada, cuando no son más que lo que yo llamaba una “hoja de papel”, se hallan y tienen necesariamente que hallarse irremisiblemente a merced de la supremacía de esos factores de poder organizado, condenadas sin remedio a ser arrolladas por ellos” (¿Qué es una constitución? Ferdinand Lasalle, editorial Panamericana, pág. 39). Interprete usted.
La militarización y cerco policial del Congreso, uno de los factores de poder organizado del gobierno, es insostenible en un clima democrático. Concentrar tropas para arrollar la constitución es el camino seguro al absolutismo al cercenar libertades y anular garantías en la que los derechos del pueblo y quienes lo representan se ven reducidos a su mínima expresión.
En el contexto de la semiología del poder, el signo puesto de manifiesto  por el Ministro Administrativo de la Presidencia de convocar a Palacio el pasado viernes 12 del mes en curso al ministro de Defensa y al director de la Policía Nacional dominicana en medio de la crisis que vive el gobierno,  por su plan de reelección impuesta, es un signo preocupante que obliga a la Comunidad Política Nacional a ver más allá de sus nimiedades particular: colores, ideologías si las hay, o, proyectos personales de candidaturas. Decía Juan Bosch que no hay Golpes de Estado sin el concurso de los militares y Ferdinand Lassalle planteó en el texto antes citado:“Un Gobierno puede, si las circunstancias le son propicias, concentrar en un momento dado sus tropas y lanzarlas al ataque victoriosamente, haciendo triunfar la contrarrevolución. Pero su situación es más difícil cuando, en vez de atacar, se ve atacado y tiene que mantenerse a la defensiva ante los ataques del pueblo” (¿Qué es una constitución? Ferdinand Lasalle, editorial Panamericana, págs. 64 y 65).
Los militares según la concepción de Ferdinand, son el factor organizado de poder que mejor emplean los gobiernos para arrollar la Constitución y perpetuarse en el poder. Puede haber mejor propedéutica para perpetuar una dictadura que la lógica del gobierno danilista y su reelección al precio que sea, aunque este precio sea la anulación de la propia democracia y sus libertades.
¡Qué viva la Democracia y sus instituciones!
Fuentes:
  • El Estado. Sus orígenes y desarrollo. Juan Bosch. Editora Alfa y Omega. 5ta edición.
  • ¿Qué es una constitución? Ferdinand Lasalle, editorial Panamericana.
  • Tesis Doctoral (en proceso) Juan Bosch: Dimensión Política, Filosófica y Jurídica. Como razón sistémica. Juan Tomás Olivero F., Universidad del País Vasco.