viernes, 12 de julio de 2019

FORMACIÓN,INTERNACIONAL,MEMORIA EXPERIENCIAS POLÍTICAS A 100 AÑOS DE LA INTERNACIONAL COMUNIST


Hace cien años, 54 delegados, de los cuales 35 con derecho de voto, se reunieron en Moscú. Tenían el deseo de liberar la humanidad de la explotación, dar un golpe fatal a un sistema social marcado por desigualdad e injusticia, unir las luchas por el comunismo que se llevaban a cabo en cada país en una sola fuerza, divulgar la energía de la clase obrera rusa, ya en el poder desde el 1917, a Europa y a todos los pueblos del mundo. La fecha fue 2 de Marzo, 1919.
La verdad es que, hubiera podido decirles “hace exactamente cien años”… El congreso constituyente de la Internacional Comunista iba a reunir el 15 de Febrero. La Internacional Comunista, la organización de la cual cientos de miles de personas se sentían orgullosas por ser un militante en un banco de trabajo o en la huelga, en la barricada o en las mazmorras del Gestapo, en el estrado del parlamento o en un campo de concentración… Iba a fundarse el 15 de Febrero, si las bandas contrarrevolucionarias, bajo las órdenes de los gobiernos reaccionarios que respondieron a la clase obrera levantada con el terror blanco, no hubieran hecho todo lo posible para obstaculizar que los delegados llegaran a Moscú.
De toda manera, no pudieron evitar que se fundara de la Komintern, ni se convirtiera la familia de los partidos comunistas, todavía pequeños e impotentes (excepto el ruso), en uno de los factores determinantes de la lucha de clases.
La Komintern, hasta el año 1943 cuando su existencia terminó, se dedicó a luchas difíciles y obtuvo grandes éxitos. El mismo período también significó derrotas con resultados trágicos para la Komintern y los partidos miembros. Sin duda, lo que hemos dicho es válido para todas las fases de nuestra historia común después de la Komintern. Hoy, mientras abrazamos orgullosamente esta historia con todos sus momentos correctos y erróneos, también saludamos a todos los militantes de nuestra lucha digna, particularmente los que han dado sus vidas por el objetivo de comunismo.
En el período en el cual la Komintern se fundó, los que pensaban que el capitalismo ya no tenía mucho tiempo para sobrevivir constituían la mayoría. Ni siquiera los más cuidadosos pudieran imaginar que el capitalismo siguiera existiendo como un sistema mundial después de un siglo. Hoy nosotros, los que perseguimos el camino establecido por los compañeros que mostraron la voluntad de fundar el Partido Mundial en el 1919, miramos hacia el pasado con nuestra fe inquebrantable en el hecho de que la burguesía se derrotará, y preguntamos, “¿por qué la victoria tardó tanto?”
Esta pregunta es diferente que la pregunta, “¿cuáles fueron nuestros errores?” Ya hemos aprendido, después de tanta experiencia, que basar una evaluación histórica en la pregunta “¿cuáles fueron nuestros errores?” prepara el terreno para el negacionismo, hasta la traición. Está claro que enterarnos de los errores del pasado es un deber indispensable. Pero la primera condición de sacar lecciones del pasado es vincular todas nuestras evaluaciones a la respuesta de la pregunta ““¿cómo podemos lograr?” Por ejemplo, las razones del derrumbe de la Unión Soviética son muy, muy importantes para nosotros, pero el derrumbe de la Unión Soviética no debe arrojar una sombra sobre los logros de la Revolución de Octubre de 1917 y el siguiente período de la construcción socialista.

Podemos entender cuáles fueron nuestros errores por tener en cuenta que en todo el proceso los logros forman una totalidad dialéctica con los fracasos, que la distinción entre las condiciones objetivas, hasta inevitabilidades, Así, no tendremos miedo de nuestro pasado, no nos dirigiremos a negación por vergüenza como algunos han hecho. Si la clase obrera alcanzó al poder en una serie de países en el siglo 20, en este siglo de 21, alcanzará al poder en aún más países. Miramos hacia el pasado buscando los caminos de realizar esta voluntad, sacamos las lecciones por esto.
Vamos a decir unas palabras muy simples a los que, después de años de reflexionar sobre la pregunta “¿cuáles fueron nuestros errores?” por años, se encontraron en las filas decadentes de la socialdemocracia: Nosotros nos superamos a nuestros errores en el camino de la revolución, los corregimos. Pero el capitalismo no se puede corregir, es ya un error histórico, una anomalía, un tumor, una monstruosidad. La firmeza que tuvimos hace cien años por derrotar al capitalismo es igualmente válida y viva: El capitalismo se derrotará.
Estimados compañeras y compañeros,
Durante estos dos días, vamos a discutir importantes fases de nuestra historia común. Lo que necesitamos es un trabajo valiente y creativo. Es cierto que, considerando sobre los períodos y acontecimientos que tenemos en nuestra agenda, muchas dinámicas tan complejas que no caben en plantillas tuvieron papeles importantes. Son los principios inquebrantables del marxismo-leninismo y nuestro motivo por pensar en los acontecimientos históricos: Aprovechar de las oportunidades que enfrentaremos en nuestra lucha por el comunismo en la mejor manera posible.
Permítannos compartir, como el partido anfitrión de esta reunión, algunos resultados que hemos sacado por nuestro análisis de la historia del movimiento comunista mundial:
1. El centro del movimiento obrero mundial cambió dos veces entre 1848-1917. Entre 1848-1871 el movimiento destacado era el de Francia, pero con el derrote de la Comuna de París el movimiento obrero y socialdemocracia de Alemania pasó al primer plano ve se convirtió en la autoridad indiscutible en el movimiento obrero. No podemos decir que los resultados negativos de esta autoridad de la socialdemocracia alemana empieza con la traición grande de 1914, cuando los partidos socialdemócratas participaron en la alianza de guerra con sus gobiernos burguesas. El hecho de que Rusia se convirtió en el centro del movimiento obrero internacional con la Revolución de Octubre en 1917 no solamente significó que la clase obrera que logró la revolución alcanzara a la autoridad y respeto que merece. La Revolución de Octubre también debe considerarse como una ruptura de la tendencia multifacética de corrupción y reformismo que empezó mucho antes de 1914 en el movimiento obrero internacional.
2. Sabemos que Lenin y los otros bolcheviques actúan con un optimismo de que la revolución se difundiera en Europa y otras regiones cuando llevaban a madurez, a los fines de 1918, la idea de una internacional nueva. Este optimismo se basaba en varios fenómenos: el gran descontento en los países capitalistas, el fortalecimiento del movimiento de las masas obreras por este descontento, la difusión de las ideas revolucionarias entre los soldados en muchos países, el hecho de que la guerra no resolvió, sino fortaleció los conflictos entre los imperialistas, surgimiento de una crisis de gobierno de la clase de capital en algunos países, el ascenso de la lucha de liberación nacional alrededor del mundo, especialmente en el mundo de colonias, encabezado por el imperialismo inglesa… Todo esto fue la verdad, y actuar teniendo en cuenta estos fenómenos no era un aventurismo, sino una responsabilidad revolucionaria. Pero el problema es que en muchos países, la clase obrera ya estaba bajo la influencia de la socialdemocracia que estaba convirtiéndose en un partido burguesa y los comunistas constituían una minoría en las masas obreras.
3. En 1919, la Internacional Comunista se fundó con recursos muy limitados. Teniendo en cuenta la situación que acabo de resumir, no hace justicia definir su propósito central como “coordinar en proceso de revolución mundial vía un partido mundial”. Porque en el principio del año 1919, no tenía la fuerza y madurez para poder coordinar los partidos comunistas. En este sentido, se puede decir que la Internacional Comunista se fundó para romper la influencia de la socialdemocracia. Lenin repetidamente mencionó que esta influencia era el obstáculo fundamental ante la revolución en Alemania y países similares. ¿Por qué destacamos la lucha contra la socialdemocracia hoy día entre las razones de la fundación de la Internacional Comunista? La razón es obvia: Hoy día, se ignora la verdad de que la socialdemocracia, que hoy nos enfrenta en distintos nombres y formas, no puede ser el sujeto de una alianza de la clase obrera, la verdad de que la socialdemocracia es una de las dificultades mayores en la lucha revolucionaria. Debemos subrayar repetidamente: La fundación de la Internacional Comunista es una declaración de guerra ideológica y política contra la socialdemocracia. El hecho de que después se dieron unos pasos atrás en esta guerra por necesidades tácticas no cambia esta verdad.
4. En relación con esta, la razón principal de que la clase obrera no pudo tomar o proteger el poder principalmente en Alemania y en muchos países no fue la fuerza de la contrarrevolución, sino el servicio de la socialdemocracia a la contrarrevolución. Esta verdad, que se silenció por años en nuestras filas, se debe hacer visible.
5. Vemos que, en los años 1920, los partidos comunistas alcanzan a un nivel superior de influencia, pero también queda claro que las masas obreras en Europa todavía están bajo el control de la socialdemocracia. Por ende, cuando la idea de que la revolución no difundiría tan fácilmente y rápidamente como se pensaba se unió con el meta de proteger la Rusia Soviética, donde la lucha contra el enemigo interior y exterior se intensificó, la Internacional Comunista, en apenas su segundo año, se enfrentó dos tareas distintas que no son muy compatibles: Aprovechar de la ola revolucionaria en Europa en la mejor manera y proteger el socialismo en un solo país. Sin enterarse se esta tensión explícita, ningún asunto, como el libro Izquierdismo en Comunismo de Lenin, los debates en el Segundo Congreso de la Komintern, la actitud hacia los movimientos de liberación nacional, las tácticas de frente amplio contra el fascismo en los años siguientes… Además, retrospectivamente definir las iniciativas y esfuerzos para que tomara la clase obrera en los períodos de subida de la ola revolucionaria como “aventurismo” es inapropiado. Nunca se puede cuestionar por qué los comunistas actuaron por el fin de “poder político” durante las luchas duras en muchos países europeos entre 1919 y 1923. Los que se deben cuestionar son la falta de preparación necesaria, errores tácticos del liderazgo o intentos de golpes “tempranos” sin evaluar bien el balance de fuerzas.
6. Una vez que se examinen cuidadosamente estos errores, el papel de muchos dirigentes que después se destituyeron del Partido Bolchevique destaca. Las decisiones contradictorias y erróneas de Zinoviev y Radek, figuras prominentes en la estructura de la Internacional Comunista, de Trotsky, que estaba al frente del Ejército Rojo como Comisario de Guerra pero tenía una relación íntima con el movimiento en Europa, Tujachevski, que era el comandante del frente occidental durante la Guerra de Polonia, la guerra que se puede considerar como un punto de unión entre la difusión de la revolución europea y la protección de la Unión Soviética, se deben considerar abiertamente y sin un lenguaje de heroísmo. La tesis de que la Komintern tiene una línea inquebrantable e independiente de individuos no es correcto. Cien años después, los errores cometidos en el nombre de la Komintern, sin vacilar por quien lo cometió, deben exponerse claramente. Hay que sacar lecciones. Y no debemos dejar la historiografía de nuestro movimiento a los trotskistas y liberales.
7. Para poder evaluar nuestra historia de una manera correcta, hay que examinar más profundamente las tendencias y personas que son parte del movimiento obrero mundial pero en diferentes momentos históricos se condenaron, hay que introducir los militantes de nuestros partidos a las obras de las figuras que algunos abiertamente traicionaron a la lucha revolucionaria, otros que cometieron graves errores, y unos que se refutaron históricamente, pero figuras que todos eran parte de los debates de su período. Nuestros militantes deben comprender las fuentes teóricas y prácticas de reformismo y liberalismo que todavía son influyentes en nuestras filas. En este sentido, no solamente figuras como Lasalle, Bakunin, Bernstein, Kautsky pero también otros como Korsch, Roy, Balabanova, Sultán Galiev, Pannekoek deben incluirse en la formación de cuadros. Hay que examinar profundamente a las obras de figuras que tuvieron actitudes contradictorias como Lukacs, Gramsci y Rosa Luxemburg. No se puede entender el valor de las obras de Marx, Engels y Lenin y la lucha de Stalin de otra manera.
8. Últimamente, me gustaría hablar de los resultados que sacamos sobre las relaciones entre los partidos comunistas, bajo la luz de la experiencia del movimiento comunista mundial durante y después del período de la Internacional Comunista. La contribución de la Internacional Comunista y después El Partido Comunista de la Unión Soviética al movimiento comunista mundial, a la fundación y fortalecimiento de partidos individuales no se puede menospreciar. Dicho esto, la experiencia de un siglo muestra que los partidos comunistas deben hacer más hincapié a aspectos como autoabastecimiento, independencia organizacional, la tarea y responsabilidad de responder a las necesidades de la lucha de clase con sus propios recursos. Esto no elimina la necesidad de solidaridad, cooperación y coordinación entre los partidos comunistas, al contrario, lo hace aún más importante. Asimismo, si no establecemos la cultura de debate, evaluación y criticismo abiertos, honestos y de camaradería entre los partidos comunistas, no podemos realizar el principio de que los partidos comunistas tomen sus decisiones estratégicas y tácticas ellos mismos. Ningún partido comunista puede prohibir que su posición y lucha sea sujeto de evaluación por otros partidos refiriéndose a la independencia de sus mecanismos de decisión. Lo importante aquí es esto: No se debe crear una autoridad absoluta que supera la voluntad de un partido que asume la responsabilidad política y organizacional de la lucha de socialismo en un país y sus miembros. Hasta en algún momento en el futuro cuando los partidos comunistas, para dar el golpe fatal al capitalismo, toman la decisión de fundar una forma de internacional de nuevo, hay que tener tener en cuenta este planteamiento.
Estimadas compañeras y compañeros,
Cuando el Partido Comunista de Turquía fue el anfitrión de la reunión de los Partidos Comunistas y de Obreros del Mundo en 2015, estábamos en el proceso de elecciones parlamentarias en Turquía. No quisimos la posibilidad de que, por la decisión repentina de realizar las elecciones por el gobierno, no se realizara la reunión que se hace cada año. Nuestro partido organizó la Reunión de los Partidos Comunistas y de Obreros del Mundo en el medio de un trabajo intenso. Los miembros del partido que tuvieron cargas en la reunión se fueron para votar entre sesiones y regresaron. Ahora, después de cuatro años, tenemos la reunión de la Iniciativa Comunista de Europa y otra vez elecciones. Menos mal, esta vez tenemos 40 días hasta las elecciones y el TKP tiene la fuerza para poder llevar a cabo sus responsabilidades internacionales y el trabajo de las elecciones.
Las próximas elecciones locales son muy importantes para el TKP, porque no hay ningún otro partido en las elecciones que cuestiona el sistema capitalista. Los partidos hacen alianzas entre sí, las personas que no pueden ser candidato de un partido se ponen en la lista de otro, se hacen transferencias de otros partidos solamente para ganar el gobierno local. Todos los partidos que participan en las elecciones tienen distintas políticas en cada localidad, tienen candidatos liberales en una ciudad y nacionalistas en otra. Un partido quiere votos para cinco partidos diferentes. TKP está fuera de esta corrupción, trabaja para explicar el socialismo como una alternativa a millones de trabajadores que la crisis pegó, para ganarlos a la lucha organizada por sus intereses actuales e históricos. Nuestro partido tiene candidatos para los parlamentos locales de todas las 81 ciudades y 921 municipios. Tenemos candidatos de gobernador en las 81 ciudades. En aproximadamente 90 municipios, el pueblo podrá votar para un candidato de gobernador del TKP. Excepto a seis candidatos, todos los candidatos con del partido. Los seis candidatos son candidatos de alianzas locales de las cuales el TKP también es parte.
Usamos de nuevo un lema que hemos usado hace 17 años: Si el capital tiene su dominio, el pueblo tiene el TKP. Al lado de esto, tenemos otro lema en nuestros medios de propaganda: No estamos en el mismo barco.
Así es, no estamos en el mismo barco. No estamos en el mismo barco con los explotadores, los monopolios internacionales, las potencias imperialistas, los nacionalistas, los racistas, los reaccionarios religiosos, los liberales. Ese barco que condena a miles de millones de personas del mundo a hambre, pobreza y desempleo se hundirá. Vamos a hundir aquel barco. El barco de los oprimidos navegará hacia un mundo sin clases ni explotación.
Los décimos con una fe inquebrantable, una confianza en nuestros mismos en el centésimo aniversario de la Internacional Comunista.
Que tengamos un camino abierto, camaradas.
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CONCLUSIONES de la ESTRATEGIA del KKE DURANTE la DÉCADA de 1940 BAJO el PRISMA de la ESTRATEGIA del MOVIMIENTO COMUNISTA INTERNACIONAL y de las CONCLUSIONES de la CONSTRUCCIÓN SOCIALISTA en el SIGLO XX
Eleni Bellou, miembro del Buró Político del CC del Partido Comunista de Grecia (KKE)
Cada gran aniversario histórico constituye una oportunidad para hacer cruzar la investigación de hechos históricos con el análisis científico del presente, la investigación de las tendencias y de las leyes científicas del futuro desarrollo social. Más o menos así fueron desarrollados no sólo la ciencia histórica, sino también muchas más ciencias sociales, el abordaje teórico del paso del capitalismo al comunismo, la teoría sintética del comunismo científico con sus conquistas y también sus deficiencias.
Por consiguiente, consideramos que el 100 aniversario de la fundación de la Internacional Comunista en marzo de 1919 y en su honor la reunión de los partidos de la Iniciativa Comunista Europea en Estambul los días 16 y 17 de febrero de 2019, previa iniciativa del Partido Comunista de Turquía, es una oportunidad muy importante en esta dirección.
Este aniversario encuentra al KKE en un período en el que ha avanzado en nuevos niveles con el estudio de su historia respecto un período muy importante: desde su fundación hasta los principios de la década de 1950. Este período incluye la década crítica de los años 40. La calificamos de crítica porque durante ese período se desarrolló la Segunda Guerra Mundial imperialista también en el territorio griego, donde el KKE fue el líder de la parte más importante de la lucha armada de la resistencia antifascista y libertadora contra las tropas de ocupación a través de las organizaciones del Frente de Liberación Nacional (EAM), del Ejército Popular Griego de Liberación (ELAS), la Organización Panhelénica Unificada de Jóvenes (EPON) en Grecia, y también la Organización Militar Antifascista (ASO) en el Medio Oriente.
A lo largo de esta lucha y sobre todo durante el período de la liberación, en octubre de 1944, en Grecia se formaron condiciones de situación revolucionaria, es decir de sacudimiento del poder burgués con una crisis económica y política generalizada y con dificultad en el funcionamiento de los mecanismos de represión y de las instituciones de gobernación que tenía la burguesía en Grecia y, por consiguiente, una débil capacidad de manipular a la mayoría obrera y popular.
Por otra parte, el KKE ocupaba una posición y una influencia importante ante las organizaciones militares, políticas y sociales que dominaban en los territorios liberados; sin embargo no pudo utilizar estas condiciones para una confrontación bien planificada y al tiempo debido con el poder burgués por su propia iniciativa y con el fin de aislar a la burguesía, a sus partidos y a sus aliados extranjeros y luchar por la conquista del poder. Dicho de otro modo, no pudo desarrollar la lucha armada por la liberación, hacer de esta una revolución socialista, de forma consciente y planificada, algo que le costó al KKE y a las fuerzas sociales que éste representaba, es decir la clase obrera, el campesinado pobre y los intelectuales populares un período de cinco años de ataque armado muy duro de parte de la burguesía, sus aliados británicos y estadounidenses, hasta que lograron restablecer el poder burgués.
El KKE ha estudiado su historia “mirándola a los ojos” y sin tener miedo a la verdad, según las indicaciones de Lenin. Hizo conocer sus resultados no solo a sus miembros, sino también públicamente y asumió autocríticamente el peso de los errores de estrategia, de su base teórica, dado que las acciones del KKE en aquel período prueban que no tenía ninguna intención de someterse al capitalismo.
Atribuimos la primera responsabilidad a nuestro partido y a nuestra dirección porque no nos dimos cuenta de la necesidad de deshacernos de las ilusiones de colaboraciones políticas con sectores de la burguesía que considerábamos democráticos, antifascistas, “en pro de la paz”. Claro está que la responsabilidad es nuestra porque, por haber procedido a los pactos de Líbano y de Caserta para la formación del gobierno de unidad nacional y de un Ejército Nacional que prácticamente sometió a las fuerzas populares armadas a las fuerzas británicas y griegas burguesas, abolió los instrumentos populares que se habían formado en los territorios liberados y también abrió el camino para el reagrupamiento político de la burguesía y el cambio de la correlación a costa de las fuerzas obreras y populares. Es nuestra responsabilidad porque esta ilusión condujo a las fuerzas obreras y populares en la batalla de Atenas en diciembre de 1944 a posiciones de defensa y no de ataque por haber procedido al pacto de Varkiza, con el cual entregamos las armas de ELAS.
Nuestro partido quedó atrapado en la línea de la llamada democracia popular que, desde el punto de vista de los objetivos políticos, incluía la eliminación de la monarquía, la convocación de una Asamblea Constituyente en condiciones de democracia burguesa. Tenía un frente unilateral ante las organizaciones militares y otras que habían colaborado con las fuerzas fascistas del período de la ocupación y no también ante las organizaciones y los partidos políticos que, claro está, habían logrado recuperarse con el apoyo militar importante inicialmente del imperialismo británico y a continuación del norteamericano y que intentaban atrapar al KKE para neutralizar su influencia política y militar y recuperar la correlación de fuerzas en favor del poder burgués.
Consideramos que si el KKE en aquel momento tuviera la madurez política e ideológica, corregiría su estrategia en el fuego de la lucha de clases de los años 1943-1945 y así crearía mejores condiciones para tener un apoyo integral de parte de los Partidos Comunistas en el poder, de la Unión Soviética y de los países balcánicos vecinos. Consideramos que esto sería una contribución mucho mejor a la lucha de las fuerzas comunistas que estaban luchando por la construcción de una nueva sociedad y también a su lucha contra un nuevo ataque imperialista en su contra.
Sin embargo, no podemos ignorar que errores de estrategia similares se habían registrado también en nuestro país vecino, Italia, y también en otros países y quizá con una correlación de fuerzas no tan favorable.
Cabe mencionar la relación de la percepción estratégica de nuestro partido con la percepción estratégica de la Internacional Comunista durante las décadas de 1930 y 1940. No podemos ignorar la influencia de la estrategia adoptada por el 7º Congreso de la Internacional Comunista en la estrategia del KKE (6º Congreso del 1935), ni las indicaciones contradictorias o claramente inhibidoras del PCUS al KKE durante el período 1945-1947 en relación con el desarrollo de una lucha de clases armada generalizada y también en cuanto al objetivo político utópico de la llamada “normalización política”.
El desarrollo de la lucha del KKE durante la Segunda Guerra Mundial imperialista y los cinco años a continuación no se puede investigar separado de la línea de lucha del movimiento comunista internacional, parte del cual conscientemente constituía el KKE, y también independientemente del hecho de que el movimiento comunista internacional después del año 1943 no tenía la forma de la Internacional Comunista.
Hay que dirigir nuestra atención a los elementos comunes entre el programa del EAM en cuanto a la separación de la gran propiedad capitalista, sobre todo de los monopolios extranjeros, de la propiedad capitalista de tamaño intermedio y de la llamada de orientación nacional, y la postura respectiva de una serie del Partidos Comunistas que a continuación se convirtieron en partidos gobernantes después de la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo en Europa central y del Este y en China.
Desde este punto de vista consideramos que las conclusiones del estudio de la estrategia del KKE tienen sus raíces en conclusiones más profundas sobre la estrategia del movimiento comunista internacional así como sobre cuestiones teóricas de la revolución socialista y de la construcción socialista-comunista. En una medida importante tienen como base a problemas de retraso teórico relacionados tanto con fenómenos de desarrollo capitalista previos a la Segunda Guerra Mundial, como con la construcción socialista en la URSS, que se reflejan en el campo de la estrategia.
La mayoría de los Partidos Comunistas, desde el período de entreguerras y a continuación, no pudieron confirmar en la práctica su vanguardia ideológica y política y, que no tengamos miedo a aceptarlo, no pudieron ser la vanguardia en el desarrollo de una teoría de la lucha de clases revolucionaria y esto tuvo un impacto negativo también en el desarrollo de la estrategia revolucionaria. Esto es también la fuente de la crisis del movimiento comunista internacional y de la incapacidad de afrontar al oportunismo a tiempo antes de que éste madurara en una traición abierta dentro de los mismísimos partidos comunistas, antes de convertirlos en portadores de la contrarrevolución, resultando su victoria en una serie de países de la construcción socialista.
Marx, Engels y Lenin estudiaron profundamente derrotas mucho más pequeñas del movimiento obrero revolucionario, tal como la Comuna de París y la revolución de los años 1905-1907 en Rusia para llegar a conclusiones que fortalecerían al movimiento obrero revolucionario.
Nosotros tenemos la misma tarea a llevar a cabo como partidos comunistas. Tenemos que estudiar más profundamente en primer lugar la historia de la Internacional Comunista y también de formas posteriores de expresión del movimiento comunista internacional, por ejemplo la Oficina de Información de los Partidos Comunistas, las Conferencias Internacionales de Partidos Comunistas y Obreros.
El KKE está en un tal proceso que todavía no ha terminado. En esta reunión quisiéramos expresar algunas preocupaciones y nuestras primeras conclusiones con el fin de dar una continuación quizá dentro del año 2019, organizando una jornada comunista internacional. Estas son las siguientes:
La fundación de la Internacional Comunista hace 100 años claramente marcó un salto histórico enorme en el progreso social con la victoria de la Revolución Socialista de Octubre en Rusia en 1917.
La humanidad por primera vez entró en el proceso revolucionario de paso del capitalismo al socialismo-comunismo, entró dinámicamente y arrasó los restos semis feudales pre-capitalistas o incluso también comunales primitivos en la vasta región de Asia.
Una condición muy decisiva en esta aceleración del desarrollo social fue la preparación ideológica, política y organizativa y la capacidad del Partido Comunista de los bolcheviques como vanguardia del movimiento obrero en Rusia.
Esta capacidad y también el nivel de madurez del Partido Comunista de los bolcheviques claro está que impactó la fundación de la Internacional Comunista y la constitución de una serie de Partidos Comunistas en todo el mundo. Sin embargo, el proceso de inicio del paso revolucionario del capitalismo al socialismo-comunismo en Europa resultó ser particularmente difícil. Requería una fundación más rápida de Partidos Comunistas, la plena escisión de los revolucionarios de la socialdemocracia, sobre todo en países como Alemania, Hungría, Finlandia, Italia donde se formaron condiciones revolucionarias después del fin de la Primera Guerra Mundial imperialista.
Una serie de levantamientos obreros y populares incluso armados en países de Europa no maduraron como revoluciones socialistas, a causa de la debilidad del factor subjetivo, la falta de Partidos Comunistas con una estrategia revolucionaria correspondientemente elaborada. Esto se expresó sobre todo en Alemania en el período 1918-1923. Marcó de forma negativa la lucha entre el capitalismo y el socialismo al menos en cuanto a Europa.
Durante el período de entre guerras hubo un conflicto en la cuestión de la estrategia tanto dentro de los órganos de la Internacional Comunista como dentro de los órganos de sus secciones nacionales.
Los partidos comunistas de las sociedades capitalistas más maduras no pudieron responder a la necesidad de una preparación ideológica, política y organizativa para pasar de las condiciones de la legitimidad parlamentaria a condiciones de crisis económica generalizada que llevaron nuevas condiciones políticas de gobernación fascista, de ataques militares imperialistas, etc.  Al contrario, estos partidos comunistas se transformaron en portadores de presión oportunista dentro de la Internacional Comunista, con posiciones liquidacionistas en nombre de la Estrategia Nacional.
Por otra parte, el Partido Comunista de los bolcheviques experimentaba problemas de lucha de clases en condiciones de construcción socialista que se expresaban como conflicto también en sus filas y bajo el miedo de un nuevo ataque imperialista, durante la década de 1930.
Claro está que la correlación social interna, así como la correlación de fuerzas europea requerían un nivel superior de elaboración teórica, no solo de los asuntos de la construcción socialista, sino también de la estrategia del movimiento comunista internacional sobre las condiciones de la década de 1930. No era suficiente la generalización de la experiencia del Partido Comunista de los bolcheviques que tenía que ver con dos revoluciones o dos etapas de un proceso revolucionario unificado en un estado burgués incompleto, y estaba dirigida principalmente a China e India. La generalización de la posibilidad de separar a fuerzas burguesas durante la primera revolución (o en la primera etapa) de las cuales se separarían las fuerzas revolucionarias obreras y campesinas durante la segunda revolución (o la segunda etapa), conllevaba peligros.
También las dificultades que afrontaba la URSS saliendo de la Guerra Civil y la intervención extranjera, las consecuencias de la Nueva Política Económica a continuación, el conflicto sobre la postura ante el campesinado mediano que a continuación se desarrolló y se fortaleció tras el debilitamiento de los kulaks, jugaron un papel considerable en la generalización de una cierta tolerancia ante fuerzas de la propiedad privada.
Podríamos decir que las dificultades de la lucha de clases en ambos lados del movimiento revolucionario obrero, en el occidente capitalista y en la construcción socialista, no fueron afrontadas con la suficiencia teórica y política adecuada. Esto vale también para el fascismo. El 7º Congreso de la Internacional Comunista adoptó la estrategia de los Frentes Populares Antifascistas que, antes y después de la Segunda Guerra Mundial, reivindicaban el gobierno en el marco del capitalismo como forma de transición hacia el poder obrero. Buscaban la colaboración con fuerzas políticas socialdemócratas, incluso de democracia burguesa, distinguiendo al enemigo fascista del enemigo de clase de la burguesía que participaba en la guerra imperialista, explotaba a la clase obrera, daba a luz y utilizaba el fascismo. De esta forma, no pudieron conectar la lucha armada antifascista de liberación con la lucha por la conquista del poder obrero.
Consideramos que esta línea de lucha configuraría una correlación internacional de fuerzas más favorable también para la defensa de la Unión Soviética contra el ataque fascista y cualquier otro ataque imperialista.
Las debilidades que hemos señalado con respecto al factor subjetivo siguen válidos también en el período posguerra, a pesar del inicio del proceso de transición al socialismo en países de Europa. El Ejército Rojo y, en su totalidad, la URSS jugó un papel decisivo para su liberación y en apoyo de los Partidos Comunistas en el poder. A continuación, también en países de Asia, siendo China el más importante, se inició este proceso que, sin ser libre de conflictos, perdió su dinámica y sus rasgos revolucionarios.
En diversos casos, por ejemplo en China y en la mayoría de los países de Europa del Este y Europa Central, por ejemplo en Polonia y Hungría, los partidos comunistas demostraron tolerancia hacia la pequeña propiedad capitalista, mucho más hacia la producción agrícola comercial privada y a continuación se generalizaron (por ejemplo en la Unión Soviética y en China) las relaciones mercancía-dinero entre las empresas del sector social. En este marco se desarrollaron y se fortalecieron las fuerzas sociales de la contrarrevolución.
En la última década del siglo XX prevaleció la contrarrevolución, el cierre de este primer intento histórico de paso del capitalismo al socialismo, como etapa inmadura del comunismo.
La debilidad del factor subjetivo es evidente dado el resultado. Sin embargo, tenemos que investigar también la base de las contradicciones económicas y sociales sobre las cuales se desarrolló la debilidad subjetiva. Hemos de buscar y encontrar rasgos comunes, leyes sociales que rigen el retroceso social, sea en forma de victoria de la contrarrevolución en países en los que había empezado la construcción socialista revolucionaria, o en forma de la derrota de los levantamientos y las revoluciones obreras-populares.
El KKE, estudiando su propia historia en conexión con la historia del movimiento comunista internacional, expresó las conclusiones de sus investigaciones en una resolución del Congreso sobre el socialismo durante el siglo XX y también en los volúmenes del Ensayo de Historia del KKE, y las incorporó en la elaboración de su Programa.
Destacamos el siguiente como asunto de importancia fundamental:
La clase obrera no comparte el poder con ninguna otra fuerza social y esto abarca también las fuerzas aliadas de la clase obrera, los trabajadores autónomos sobre todo en la producción agrícola y en algunos servicios limitados (por ejemplo en los sectores de belleza, de limpieza y de restauración).
Se trata de una posición programática fundamental, decisiva para el carácter del poder obrero, la forma de organización de la clase obrera como clase que no solo elimina a sus explotadores, sino también se forma, se desarrolla como clase dominante que representa la producción social directa.
De esta posición surgen los siguientes:
La organización de la clase obrera desde abajo hacia arriba, con el centro de trabajo como referente, y la Asamblea General como núcleo, con la elección de delegados y representantes para los Consejos de los centros de trabajo y los Consejos Sectoriales, con plenas competencias de toma de decisiones, de su ejecución, de control, de cumplimiento del derecho socialista en su respectiva área de responsabilidad.
La configuración de órganos revolucionarios a nivel central que no tienen nada que ver con una mutación o un desarrollo de los órganos centrales burgueses (como el Parlamento y el gobierno).
Es por eso que cualquier cesión planificada y consciente de derechos a los trabajadores autónomos es precisa, distintiva y tiene carácter transitorio, por ejemplo los Consejos de campesinos en cooperativas, la representación porcentual en órganos de poder central.
El objetivo del poder obrero revolucionario es la organización y la incorporación de cada persona capaz de trabajar en la producción social directa o en los servicios sociales y, por consiguiente, la eliminación planificada de la producción comercial o los servicios privados.
No solo la fuerza de trabajo tiene que dejar de ser una mercancía, sino también sus productos, algo que significa que tendrán que eliminarse de forma planificada las relaciones mercancía-dinero y que se reformará la distribución de la producción social con modificaciones contables que partirán del tiempo de trabajo necesario para la producción y el almacenamiento del producto, el nivel general de las necesidades modernas y otros criterios sociales particulares, por ejemplo las necesidades de niños, mujeres, ancianos, personas con enfermedades crónicas, etc.
El objetivo del poder obrero revolucionario es no sólo la disminución general del tiempo de trabajo, sino también la transformación del trabajo de una actividad obligatoria para asegurar medios de mantenimiento a medio de creación, de un acto obligatorio a una necesidad consciente. Claro está que esto presupone un desarrollo mucho más grande e igual de las fuerzas productivas y de todos los miembros de la sociedad socialista, la eliminación de las desigualdades sociales y las contradicciones sociales como por ejemplo entre trabajo intelectual y manual, entre trabajo ejecutivo y administrativo, entre ciudad y campo, con el fin de la modernización urbana de cada barrio y la conexión de cada unidad de producción agrícola con la industria. La eliminación planificada de la propiedad privada o de cooperativa tiene que ver también con la producción agrícola. De todas formas, los logros científicos y tecnológicos actuales pueden proteger la tierra y el ambiente en general, los trabajadores de tierra y los productos agrícolas contra catástrofes naturales solo a través de la mecanización y automatización generalizadas y de la infraestructura configurada y planificada central-mente.
En un último análisis, el papel ideológico-político-organizativo de la dirección del Partido Comunista tiene que reafirmarse en las nuevas condiciones de construcción revolucionaria de la nueva sociedad, en la formación de nuevas relaciones sociales en todos los aspectos de la sociedad, en todos los campos de actividad para crear las condiciones de eliminación de las desigualdades sociales también dentro de la mismísima clase obrera. Gradualmente, pero de manera firme, hay que sustituir los mecanismos de coerción, incluso de la mismísima clase, con mecanismos de auto-administración.
La historia del movimiento comunista durante los siglos ΧΧ y ΧΧΙ resalta la necesidad de una ocupación más profunda con las leyes que tienen que ver con el Partido Comunista, su papel de dirección en la fundación, la expansión y el pleno dominio de todas las nuevas relaciones sociales (las relaciones comunistas), la formación del nuevo tipo de trabajador como productor y administrador del producto social, como organizador y defensor de la producción social y de la propiedad social. Esta cuestión está conectada con las leyes científicas en cuanto a la renovación continua de la vanguardia revolucionaria, su expresión en los órganos de dirección, la capacidad de reconocer, evaluar y no tolerar posiciones oportunistas, etc.
A pesar de los saltos del primer período de la construcción socialista en primer lugar en la Unión Soviética y también en otras partes, por ejemplo en China, los partidos comunistas en el poder no respondieron ni a nivel teórico ni a nivel político y práctico a los requisitos de la formación de la nueva sociedad comunista, de las batallas políticas, sociales e ideológicas internas en favor de la construcción comunista.
A continuación, la convergencia del oportunismo de los Partidos Comunistas de los países fuertes con el oportunismo de los Partidos Comunistas en el poder desarmó al movimiento obrero a nivel mundial y lo convirtió en espectador de la escalada de la contrarrevolución en los países de la construcción socialista.
En resumen:
A principios del siglo XX, algunos restos pre-capitalistas tuvieron como resultado el retraso de la constitución de un poder burgués puro en países como la Rusia zarista, China y otros. Este retraso se expresaba también en la existencia de campesinos como mayoría en sus poblaciones que, a pesar de haber dado la posibilidad de atraer su impulso de levantamiento en favor de la revolución proletaria, constituyó una carga importante en la construcción de la nueva sociedad y en la superación de las relaciones capitalistas allí donde no se habían formado.
Por otra parte, en los países del capitalismo entonces desarrollado, la explotación colonial y comercial, en general, de las fuerzas productivas y de los recursos naturales de otros países, dio la posibilidad de una compra masiva del movimiento obrero, de incorporación del movimiento obrero político en los márgenes de la legalidad burguesa, en las opciones de formas del poder burgués, como el parlamentarismo burgués. Fomentó percepciones utópicas o incluso conscientemente oportunistas de fuerzas políticas burguesas “en pro de la paz” y de fuerzas burguesas antifascistas “consistentes”, ignorando el hecho de que el capitalismo en sí es la matriz del fascismo, de cada forma de desviación del parlamentarismo burgués y de cada forma de guerra imperialista.
Esta conclusión es fundamental para el reagrupamiento ideológico, político y organizativo del movimiento comunista internacional.  Tiene que ver pon cualquier Partido Comunista en cualquier continente, tiene que ver con Partidos Comunistas en países donde ya está en curso una guerra imperialista como en el Medio Oriente, o con Partidos Comunistas de países alrededor del Mediterráneo, en los Balcanes, donde las contradicciones y los antagonismos imperialistas hacen que se junten las nubes de guerra.
Esperamos que la iniciativa del Partido Comunista de Turquía y esta reunión contribuyan al desarrollo de la unidad estratégica revolucionaria del movimiento comunista en nuestra zona, en Eurasia y en todo el mundo.