Burdo, vulgar y barato el acto de conspiración contra el orden internacional ensayado en Venezuela.
La democracia y sus formalidades desde Pericles en Atenas a los padres fundadores de la primera democracia capitalista del Planeta, Estados Unidos de América y la fundación de la ONU el 24 de octubre de 1945, no se había visto amenazada por una pandilla de países que contravienen el sentido y naturaleza que dieron origen a la Organización de las Naciones Unidas (ONU): Fundación y constitución, ésta, impulsada por una necesaria cultura de paz, convivencia pacífica en libertad y soberanía de las naciones del mundo moderno y contemporáneo, destinada a conservar la civilización y el género humano en un mundo en urgencia, donde puedan coexistir: Fe, Razón y Ciencia.
En el Capítulo I, artículo 2, numeral 4 de la Carta de las Naciones Unidas, sobre Propósitos y principios que norman las relaciones entre las naciones miembros, establece como reglas de sus interrelaciones lo siguiente, cito: “Los Miembros de la Organización, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas”.
A nadie en Estados Unidos de América, o, a un grupo de países se le ocurre apoyar un individuo esquizofrénico que decide autoproclamarse presidente de la Unión de Estados Unidos de América por la ilegítima elección de Donald Trump, en razón de la interferencia rusa en sus elecciones.
Lo mismo podemos inferir que, a quien se le ocurre, dar 8 días a Emmanuel Macron para dejar la presidencia en Francia por la Crisis de los Chalecos Amarillos en la Plaza de la República; pero, a quien se le ocurre apoyar o pedir la renuncia de Pedro Sánchez por caos e incapacidad del Estado del Reino de España al manejar de forma antidemocrática la demanda de los catalanes y su independencia.
Por el Brexit con que la primera ministra Theresa May ha sumido al Reino de Inglaterra en la peor crisis política y económica, a nadie en la Cámara de los Comunes se le antojó autoproclamarse primer ministro dando golpe de Estado Parlamentario y, curiosamente, ningún grupo de países de la comunidad europea pidió lo propio.
El Estado Alemán y la Angela Merkel han permitido de una forma preocupante el resurgimiento de las fuerzas nazis y los crímenes de raza en franca violación a los derechos humanos de los migrantes, y, nadie, en la Naciones Unidas incluyendo USA, han pedido y reconocido otro primer ministro autoproclamado en lugar de la actual Canciller Alemana.
El presidente Nicolás Maduro, tiene también que entender que su verbosidad excesiva, el comportamiento riesgoso en el marco de la sociedad capitalista regulada por el derecho internacional le llevan a pensamientos no deseados y decisiones de aislamiento que no son el mejor contexto para su sobrevivencia gubernamental y el proyecto bolivariano.
La Grandeza de Hugo Chávez, fue su determinación en probar que la voluntad y la fuerza popular estaba con él y creía en él. Concedió todas las elecciones que quisieron sus contrarios y algunas con las que les sorprendió, ganándolas.
En su hora y momento político oportuno, indicado jurídicamente por su constitución y soberanía. El presidente legítimo de la República Bolivariana Venezuela, Nicolás Maduro, debe consolidar este derecho convocando con todas las garantías establecidas en su norma constitucional, UN PLEBISCITO CONFIRMATORIO.
El pasado 17 de enero de 2018, en esta misma columna escribí un trabajo a propósito del diálogo coordinado por el gobierno dominicano entre la oposición y el gobierno de Venezuela bajo el título: “Miguel y Danilo, en un lío y no encuentran la puerta”.
Ahora, ¿qué ha revoleteado al presidente Medina que de estratega de diálogo ha pasado a ser enemigo carnal de Maduro hasta negarle el reconocimiento de Estado sumándose a la declaratoria de ilegitimidad? Creo que dos cosas: primero, la imputación de filtración de información desde dominicana que permitieron localizar a Oscar Pérez en la parroquia El Junquito del distrito capital, Caracas Venezuela y, la segunda; las declaraciones del presidente Maduro en aparente indignación con Danilo, al decir que “Juan Bosch nunca traicionó a nadie”.
Estas declaraciones de Maduro trazaron la raya de Pizarro de rencor con el gobierno dominicano y la diplomacia dominicana, hasta el punto de que el Canciller dominicano casi lidera de forma incoherente y miserable la ofensiva violatoria del derecho internacional en detrimento de la soberanía del Estado Bolivariano de Venezuela. Pero, como dice el refrán donde Dios no puso, no hay nada que buscar.
Quiero terminar con un fragmento del artículo antes citado, …. “Hemos dicho y repetimos que la acción de ANULAR los efectos jurídicos de la Comisión de UNASUR con este recurso en dominicana, es una torpeza que desvincula sus efectos ante la comunidad internacional en términos de obligaciones y compromisos.
El afán ególatra del presidente Medina de colocar su estrella de negociador por encima del expresidente Leonel Fernández, es pobre y propia de seres pequeños con el veneno en la cola.
Lo más grave de esta experiencia inmerecida para República Dominicana en materia de política internacional, es que tenemos una diplomacia que piensa más con el bigote que con el cerebro”.
*Autor Filósofo Constitucionalista, Profesor Titular UASD