viernes, 17 de febrero de 2017

DEMOCRATIZAR LAS ELECCIONES NACIONALES EN LA REPÚBLICA DOMINICANA.


     
Por: El Lic. José Antonio Pérez Valenzuela
En la República Dominicana tenemos una “Democracia” imperfecta motivado a la misma imperfección de distribución de la riqueza que producimos de manera socialmente todos los ciudadanos y del crecimiento económico que hemos obtenidos de manera constante en los últimos tiempos.
Resulta que los ciudadanos debemos tener los mismos derechos y deberes dentro de una sociedad, pero no es así en el caso de la República Dominicana ya que los más ricos tienen mayor derecho a ser elegidos en las elecciones nacionales de la República Dominicana.
El hecho de estos poseer mayor facilidad para emplear, usar y abusar de los recursos económicos para ser elegidos en una contienda electoral desigual entre ricos y pobres hacen de las elecciones un medio anti democrático en la República Dominicana.
Es por eso que se hace urgente una reforma de la ley electoral y la aprobación de una ley de partido político que limite el empleo, uso y abuso de los recursos económicos en las aspiraciones políticas tanto en lo interno como a lo externo de los partidos políticos.
Se tiene que prohibir
que tanto el Estado como los particulares empleen excesivas sumas de dineros en dichas campañas de elección tanto interna como externa que hacen de la “democracia” una simulación que termina en un clientelismo de mercado.
Realmente no existe democracia cuando las partes entiéndase las clases sociales que interactúan en ella no tienen igualdad de hechos y de derechos para poder tener posibilidades de ser elegidos en un certamen electoral que en este caso se practica con el empleo desigual de los recursos económicos.
Para que en la República Dominicana realmente exista una verdadera práctica democrática en las elecciones nacionales hay que enderezar esos entuertos que hacen inviable la democracia.

Con la actual práctica electorera del empleo del uso y abuso de los recursos económicos en las elecciones nacionales, lo que estamos instaurando es una dictadura económica y política de la clase poderosa en la República Dominicana que va en detrimento de la participación de la otra clase social y de los sectores de clase que tienen vida de existencia en esta Nación.