lunes, 8 de febrero de 2016

EL AMOR A NUESTRA PATRIA

Por Leonel.do

“Pensar a menudo en la patria; sentir que se obra por el bien de la tierra natal o adoptiva, con la que
estamos vinculados por unos determinados valores, cultura, historia y afectos”, ese es el amor a la
patria. ¿Qué mejor época del año para recordarlo que la llegada del mes de febrero, cuando
celebramos el día del amor y la amistad y nuestra independencia nacional? Ninguna. Por esta
razón escribimos sobre una de las formas más sublimes que puede tomar el amor: el patriotismo.
El patriotismo equivale al sentido personal que podría poseer cualquier persona por pertenecer a
una ciudadanía, familia, nación o una asociación. Las acciones patrióticas son acciones que sirven

para demostrar el amor que se tiene hacia la tierra que nos vio nacer o al país adoptivo. Para
algunos, el ejemplo más claro es el de morir en el campo de batalla, aunque hay muchos modos de
menos extremos, de construir ese amor a través de nuestra actividad profesional, el cumplimiento
de nuestros derechos y deberes como ciudadanos o participar en los momentos conmemorativos
nacionales, como izar la bandera nacional, cantar el himno, defender o apoyar al país con los
medios que estén a nuestro alcance.
Pocas veces reflexionamos o pensamos en nuestro actuar como ciudadanos, en lo que significa
haber nacido en un país y la responsabilidad que se desprende de este hecho, ¿Qué tal si
comenzamos este febrero a hacerlo? Para muchos, sin patriotismo, simplemente no habría valor ni
valentía. Es el amor a nuestro suelo patrio que nos hace vivir plenamente el compromiso como
ciudadanos para fomentar el respeto que debemos a nuestra nación.
“¡Me voy de este país! ¡Sálvese quien pueda! Se escucha decir frecuentemente a algunos
conciudadanos, desesperados por las circunstancias que viven en su propio país. Y aunque cada
persona tiene el derecho de emigrar, si así lo prefiere, alegando que “en otras naciones se vive
mejor”, quizás podríamos empezar el discurso adquiriendo las cualidades que admiramos y
halagamos en los habitantes de otras latitudes y colaborar positivamente al cambio y progreso de
nuestra patria. Mediante nuestro trabajo honesto y la contribución personal al bienestar común se
cultiva el respeto y amor que debemos al país.
Contribuir productivamente, cultivar los valores cívicos, respetar y amar a la patria garantiza la
seguridad y estabilidad de vida que las personas necesitamos para desarrollarnos. Cuando los
valores cívicos están bien cimentados, nace la preocupación por ayudar a los demás, no sólo a
nivel comunitario, sino como una extensión que traspasa las fronteras; evitando, sin embargo caer
en el nacionalismo, que propone la exclusividad y superioridad; sin importar cuál sea la cualidad
más destacada del país.
El patriotismo se manifiesta por los valores que transmitimos como ciudadanos conscientes:
trabajo, conducta, modales, respeto a las normas y costumbres. El verdadero patriota puede
lamentarse de su nación y aportar constructivamente al observar sus errores y deficiencias,
siempre buscando y proponiendo los medios para poder resolverlos, pues evadir tomar la
iniciativa es exactamente lo opuesto al amor a la patria.
¡Feliz mes del amor, la amistad, y la patria!


Leonel l Febrero-07